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El 80% de las quejas atañen a la salubridad

Ana Alfageme

A. A., Las pensiones son el cáncer que le ha salido a los hoteleros: la inmensa mayoría de las pocas quejas que se presentaron el año pasado ante la Dirección General de Turismo de la Comunidad de Madrid (276) se la llevaron las pensiones y casas de huéspedes (80%), por las "condiciones de habitabilidad", según fuentes del departamento, que añaden: "Es decir, salubridad". El 20% restante iban dirigidas a los hoteles, pero por cuestiones mucho más leves, como problemas en las reservas y los precios.

Hay 1.327 establecimientos de este tipo en Madrid registrados por la Comunidad. En la Guía de hoteles (1990) hay precios desde las 500 pesetas, pero la media ronda las 2.000. Una pensión puede tener una, dos y tres estrellas. Y si tiene más de 10 habitaciones y 20 plazas, ya se le puede llamar hostal, que también puede tener las mismas categorías. El nivel más bajo es el de la casa de huéspedes, que es lo mismo que la pensión sin estrellas y es de lo que más hay: 700, según la Comunidad. Luego, le siguen los hostales de una estrella (251), los de dos (173) y las pensiones de una estrella (144, con obligación de tener agua caliente, pero no calefacción, siete metros cuadrados la habitación individual y 11 la doble).

Bolsas y no armarios

La casa de huéspedes (CH reza la placa que debe figurar en la puerta) tiene que tener, aparte de las condiciones elementales de salubridad, un cuarto de baño completo por cada 14 clientes, un teléfono y un mínimo de siete a 10 metros cuadrados en las habitaciones, dependiendo de si son sencillas o dobles, con armario. El cuarto donde viven una muchacha guineana y su novio en una pensión cercana a Gran Vía sólo tiene bolsas -no hay armario- y una cama pequeña para los dos. No medirá más de cinco metros cuadrados, apesta y pagan 1.500 pesetas al día.

Los emigrantes, según comenta un oficial de la policía, saturan las pensiones de la zona de Atocha, la que tiene más en Madrid. "El problema es con los ilegales, aceptan cualquier condición y a veces son ellos mismos los que meten a compatriotas en su habitación" dice el agente. Lo que está claro es que tienen miedo, que pagan una media de 2.000 pesetas, según dicen, por cuchitriles que ellos describen como aterradores.

Comunidad y Ayuntamiento inspeccionan estas pensiones. En abril, la Junta de Centro ha revisado 33, la mayoría de ellas con denuncias vecinales. Sólo 19 resultaron aceptables.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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