El acusador pide que el 'caso Brouard' no se quede en un "asesinato vulgar"

El dirigente de Herri Batasuna (HB) Santiago Brouard fue asesinado por ser el "tótem y emblema de la negociación" en el contencioso vasco, aseguró en la jornada final del juicio el acusador particular, Txema Montero. El abogado exigió una sentencia fuertemente condenatoria para los acusados y pidió que continúen las investigaciones para evitar que el caso se resuelva como "un asesinato vulgar y corriente". El fiscal, en un informe desprovisto de todo contenido político, centró la acusación en el reconocimiento del principal acusado, Rafael López Ocaña, por la única testigo del asesinato. El juicio quedó visto para sentencia.

El fiscal Jesús Cardenal situó el origen de los hechos en la aparición de dos grupos autónomos entre sí integrados por Manuel Alejo Montero y Juan José Rodríguez Díaz, el Francés, por un lado, y los hermanos Rafael y Miguel Ángel López Ocaña y Luis Morcillo Pinillos, por otro. El punto de coincidencia de ambos grupos era la casa de Alberto Granados Céspedes, cuñado de los López Ocaña, donde se traficaba con las armas de el Francés.El 20 de noviembre de 1984 dos hombres entraron en la consulta del doctor Brouard y dispararon contra él con metralletas del calibre 22, causándole la muerte. Cardenal se preguntó si esas armas fueron las que suministró el Francés para cometer el atentado. "No hay constancia de que esas armas las suministre otra persona", señaló.

Para el fiscal, "el asesinato de Brouard se hubiera efectuado sin el Francés, pero no se ejecutó sin él", por lo que le considera cómplice en el asesinato y pide para él entre 26 y 30 años de prisión.

Cardenal atribuyó al empresario Luis Morcillo la inducción del asesinato. Tras dos intentos fallidos de atentar contra Brouard, "estaba tan harto que echó mano de Rafael, quien se vio en la necesidad de asumir el papel porque su situción económica no daba para más y le debía 300.000 pesetas de una fianza". El fiscal pidió entre 35 y 39 años de cárcel para López Ocaña por asesinato y tenencia ilícita o depósito de armas.

Tras una emotiva glosa sobre el dirigente independentista, Txema Montero criticó la nula investigación de la policía para esclarecer el asesinato: "No hemos tenido ni ojos ni antenas ni ninguna intervención positiva por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado".

Según las tesis del abogado de la familia Brouard, el empresario Luis Morcillo urgió a Miguel Ángel López Ocaña a que diese muerte a Alberto Granados porque éste era el confidente del comisario Antonio Rosino. Montero pidió para El Francés 27 años. de cárcel como autor por coparticipación necesaria y 38 años para López Ocaña.

Para acabar, Montero recordó que la historia ha demostrado que "son los menos" los asesinatos políticos que se han podido aclarar y señaló a la razón de Estado como ese "telón de acero que impide que se investiguen".

El abogado de el Francés, Emilio Rodríguez Menéndez, insistió en que su defendido desconoce lo que hacen sus compradores con las armas que les suministra y aseguró que no se ha aprobado que las armas que ha vendido fueran las que se utilizaron "en el asesinato de un gran hombre". Rodríguez Menéndez afirmó que el asesinato de Brouard había sido "un crimen de Estado sufragado con fondos públicos", pero reclamó la absolución de El Francés porque, a su entender, no hay contra él una sola prueba de cargo.