_
_
_
_
_

Los escándalos obligan a dimitir al ministro de Transportes alemán

El ministro de Transportes de Alemania, el democristiano Günter Krause (CDU), renunció ayer a su cargo después de que la salida a la luz pública del último de los numerosos escándalos en los que se ha visto involucrado acabara con la paciencia de su protector, el canciller Helmut Kohl.Krause, un hombre procedente de la antigua República Democrática de Alemania (RDA) que negoció y firmó el Tratado de Unificación, hizo pública una declaración de renuncia, que fue aceptada por el canciller Kohl.

El escándalo que ha acabado con su vertiginosa carrera política no es ni mucho menos el más grave de los que se le atribuyen. En julio de 1991, se hizo pagar por su Ministerio los 7.000 marcos, cerca de medio millón de pesetas, de la mudanza de sus enseres familiares desde Berlín a su pueblo.

Este joven ambicioso, nacido en Halle, en la ex RDA en 1953, se hizo miembro en 1975 de la CDU de Alemania Oriental, uno de los partidos títere del régimen comunista. Tras la caida del muro de Berlín empezó su carrera fulgurante. En Abril de 1990, tras las primeras elecciones libres, entró en el Gobierno presidido por Lothar de Maiziere. Poco después dirigía las negociaciones para el Tratado de Unificación en las que impresionaba a Wolfgang Schauble, el número dos de la CDU occidental, quien a su vez le transmitió su buena impresión a Kohl, que se convirtió en su protector y lo incluyó en el Gobierno de la Alemania unificada a principios de 1991.

La lista de escándalos es interminable. En febrero de 1990, cuando todavía gobernaban los comunistas en la RDA, ya se vio relacionado con la adjudicación irregular de licencias para áreas de servicio en las autopistas. En junio del mismo año vendió la compañía de seguros de la RDA a la empresa Allianz por 271 millones de marcos, provocando una investigación de la fiscalía de Berlín que sospecha de lo reducido del precio.

En diciembre de 1991 intenta convencer a los vecinos de sus suegros para construir un parque de atracciones en un terreno de su propiedad, lo que les pudo suponer 4,5 millones de marcos de ganancias. Y en febrero de 1992 se descubrió que pagaba a su empleada del hogar con dinero procedente de los fondos de empleo.

A principios de este año publicó un libro sobre su experiencia en la política en el que califica a Bonn de "mediocre" y asegura que en el Bundestag (parlamento) solo están quienes no son suficientemente inteligentes como para hacerse ricos en la economía.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_