Al sol del Papa Luna
S. NAVARRO, El lugar fue un hotel de Peñíscola (Castellón), refugio del papa Benedicto XIII, Pedro de Luna, desde 1411 a 1423. El pretexto, la inauguración del Congreso de la Comunidad Valenciana de la Unión Democrática de Jubilados y Pensionistas. Allí, la ministra de Asuntos Sociales, Matilde Fernández, se reunió con los pensionistas. Todos aseguraban que no era un acto político, pero Fernández aprovechó para exponer los logros del decenio de Gobierno socialista y el programa del PSOE. Los congresistas tampoco escatimaron elogios para la gestión de Matilde Fernández.
Su llegada al hotel fue espectacular. Altos, medios y bajos cargos públicos locales y decenas de Pensionistas formaron un pasillo humano por el que la ministra, entre sonrisas y saludos, accedió al salón. "No es tan fea como dicen", comentaba Nieves Martínez, una pensionista de San Juan (Alicante). "Pues yo la veo bien, ni muy guapa ni muy fea y, además, es muy sencilla", sentenciaba Antoni Fermín.
La ministra, que fue presentada por el presidente de la asociación como "la defensora de nuestras inquietudes" vio cómo le quitaban el micrófono sin miramientos al representante de CC OO que quería criticar a los socialistas, y dejaban explayarse a todos los demás oradores, más afines al PSOE. Un jubilado preguntó a la ministra, preocupado, si iba a desaparecer su ministerio. "Yo no estoy aquí para hacer política", contestó sin inmutarse, "no me pregunten eso, por favor".
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