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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Elecciones

Cuando los socialistas llegaron al poder poseían voluntad, juventud e ideales. Atraían porque convencían. Sólo hay que recordar a González como orador: rápido e intuitivo, capaz de articular sobre la marcha cualquier idea brillante para apoyar sus argumentos.Hoy volvemos a mirar a los socialistas (le antaño. Sólo les vemos defectos. Ya no son tan jóvenes, ni tan voluntariosos, ni tan idealistas. Más bien lo contrario: se han vuelto "zorros", "mentirosos" y acomodaticios. No hay ninguna duda de que el país se resiente y las esperanzas se diluyen. Están a gusto consigo mismos y no parecen dispuestos a marcharse por su propia voluntad. ¿Se han dado cuenta de que en 10 años siguen estando los mismos? No han dado ninguna oportunidad a gente nueva. Si fueran un equipo de fútbol habrían descendido irremediablemente de categoría.

Como alternativa está la derecha. El triunfo de la derecha puede ser histórico. Significará que mucha gente, por fin, se ha desprendido de los miedos (fomentados por algunos) y han decidido dar carpetazo de forma valiente a una parte de nuestra historia. Sería la culminación real de la transición democrática. Independientemente de cualquier otra consideración, lo anterior es, en sí mismo, algo positivo.

El problema para muchos es grave. Siendo en esencia de izquierdas, la cúpula del PSOE les repele y la derecha no les convence. Si el PP optara por actitudes más socializantes, tendrían la victoria absoluta mucho más cerca. El PSOE se ha derechizado cuando le ha venido en gana. Es la hora de que la derecha haga lo propio.- Antonio Jiménez Martín.

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Nos encontramos

ante una convocatoria de elecciones y una nueva campaña electoral y nos planteamos otra vez: ¿para qué sirve una campaña electoral? ¿Qué significa esto para el español de a pie? ¿Qué supone para nuestros pueblos, ciudades y paisaje en general? ¿Y para las arcas del país?La respuesta es que, por una parte, nos vemos obligados a soportar un espectáculo de lo más triste y desagradable. En estas campanas sólo se busca y rebusca entre los trapos sucios de los contrarios para airearlos a los cuatro vientos. Y, aunque ya no esté de moda, convenía recordar aquello de "el que esté libre de culpa que tire la primera piedra". Yo me pregunto si no hay algún artículo en la Constitución que ampare nuestro derecho a no aguantar el penoso espectáculo en que se convierten todas las campañas. Los partidos políticos tienen su derecho a expresarse, pero los españoles tendremos también derecho a no oír las disputas, insultos 'y descalificaciones con que se dirigen unos a otros.

Por otra parte, el alto coste de estas campanas es un despilfarro del dinero público. En estos momentos de crisis sería un buen ejemplo de austeridad el ahorrarse todo ese dinero y dedicarlo a solucionar alguno de los mu-

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Nos encontramos

Viene de la página anteriorchos problemas del país. Señores políticos, ustedes quieren una campaña electoral, pero los españoles no podemos pagarla.

Por último, el gasto en papel y gasolina supone, además de un despilfarro, un auténtico atentado ecológico. ¿Cuántos árboles hay que talar para esas riadas de papel que luego van a la basura? ¿Han pensado en el antiestético aspecto de todo el país, lleno de carteles y pintadas? ¿Y en las molestias que supone para el oído del ciudadano y para el aire que respira el paso constante de esos coches con altavoces a todo volumen?

Ante esta situación, yo les propongo una campaña económica, ecológica y tranquila, en base a estos dos puntos:

1. Nada de mítines ni de costosos viajes de los políticos; nada de cuñas en televisión ni en la radio. Que todo esto sea sustituido por el envío al votante por parte de cada partido del programa electoral de cada uno, explicado de una forma veraz y sencilla. Pero sólo eso, una hoja con la oferta, nada de listas ni sobres electorales (esto ya lo pone la Junta Electoral y hay que ahorrar en todo lo innecesario). De este modo conoceremos bien el proyecto de cada partido y el votante podría estudiar y comparar quién es merecedor de su voto.

2. Nada de tránsfugas poselectorales; el que no esté de acuerdo después con el partido con el que accedió a su puesto de diputado que se vaya a casa, pero que no se burle del votante pasando al Grupo Mixto, al servicio de no muy claros intereses, pero, desde luego, no a los del país. De este asunto conocemos, por desgracia, mucho los votantes de Cantabria (región desde hace años completamente atípica), en la que nuestros políticos nos han acostumbrado a los mayores desatinos poselectorales.

Tal como se desarrollan actualmente las cosas con estas tristes y penosas experiencias, sobran todas las campañas y sólo nos hacen pensar que para que no nos tomen el pelo lo más ético es abstenerse, aunque sea una postura triste e insolidaria con España.- Ana Roldán Barros.

Estamos en

unos días en los que las manifestaciones y las contramanifestaciones de los políticos españoles nos maltratan oídos y cerebros. No sé si nos toman por imbéciles o creen que tenemos el deber de aguantarlos.Uno de los que menos se lo piensan es el señor Aznar. Por esto, después de sus manifestaciones en las que interpreta los triunfos electorales del PSOE como efecto de la financiación ilegal del partido, me atrevo a sugerir que se añada al léxico político un nuevo término: aznarada: acción de explicar un hecho político con causas ajenas a él- Javier Machacón Lumbreras.

Soy una

ciudadana de a pie, amiga de la libertad y que rechaza la obediencia ciega de los partidos políticos. Tendré que votar dentro de unos días y, la verdad, aún no lo tengo claro a quién hacerlo. Miro la televisión, leo los periódicos y mis dudas crecen.Mi voz, una más entre tantas a través del voto, queda totalmente limitada y casi muda por las listas cerradas y sus números. Por citar un ejemplo: si del partido comunista se tratara, yo pondría mi confianza en Cristina Almeida, porque me gustan sus razonamientos y, sobre todo, su corazón, pero para llegar a ella tendría que cargar con todos los que en la lista la preceden (ahora creo que ni aun así).

No me sirven de ayuda las engañosas voces de sirena de la propaganda, y me ponen la carne de gallina las ofensas que se cruzan los partidos. "Por sus frutos los conoceréis", y por esos frutos precisamente yo pondría mi vida comunitaria en manos de personas que conozco.

Pasando al terreno de las utopías, sentiría que m¡ voto es más útil si pudiese elegir a uno de aquí, a otra de allá, buscando el equilibrio y el consenso. A los mejores, según mi opinión, que para eso me piden que pase por las urnas, como personas pertenecientes a un partido y no a un partido perteneciente a unas personas. Pero como eso no es posible, dudo a quién prestar mi voto- Cristina Santa Ana.

Se acerca

una nueva campaña electoral. Son muchas las señales que así lo demuestran. Pero una, inequívoca, sempiterna y a la que ya nos tiene acostumbrados, suele ser por este motivo la típica campaña institucional y propagandística de la Generalitat de Cataluña. Ahora le toca el turno a la Catalunya del 2000, como si la de 1994 o no fuera con ellos o no fuera trascendental. En el spot un catalán quiere ser médico, normal. No me imagino alguien queriendo ser agricultor, carpintero o electricista, dada la situación del campo catalán, o la situación medioambiental de nuestro país o el precario, eufemismo de inexistente, desarrollo de la formación profesional en los planes de estudio de nuestros jóvenes. Menos demagogia y más gestión, máxime cuando esa demagogia se subvenciona con el dinero de todos nosotros.Eduardo Rite Contiso.

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