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Los asistentes sociales avisan a los chabolistas sobre el negro futuro de sus realojamientos

Nadie apuesta un duro por el futuro del Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada. Antes de junio, Ayuntamiento y Comunidad deben decidir si mantienen el organismo. Pero el mutismo oficial hace temer lo peor a los 96 trabajadores del Consorcio, que ayer comenzaron a alertar a los habitantes de los poblados sobre la dificil situación. Están en juego la vivienda prometida a 1.100 familias chabolistas y una larga labor social diaria en estos núcleos castigados por el analfabetismo, la droga y el paro.

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Los trabajadores sociales no dieron grandes noticias a los habitantes de los poblados, pero les hicieron partícipes de su temor: el barco hace agua y puede hundirse. Y son los mismos armadores -las instituciones que lo crearon- los que abren los boquetes en el casco.Reconocieron que temen perder su trabajo. "Pero si el Consorcio desaparece, los primeros perjudicados no seremos nosotros; nos afecta, sí, pero ya nos buscaremos la vida; el problema lo vais a tener vosotros", explicaron. En el Cerro Mica, en Latina, donde más de 200 familias viven en chamizos, un centenar de personas se congregaron para escuchar las explicaciones de los trabajadores sociales. Este poblado ocupa los terrenos destinados al parque de la Cuña Verde que reivindican los vecinos de la zona.

Hubo opiniones para todos los gustos. "Tranquilo, chico, que tú no te quedas en el paro", replicaba sarcástico uno de los chabolistas a un trabajador social. Pero en algunos rostros se reflejaba la preocupación ante el panorama nada halagüeño.

Se habló de protestas, pero nadie tenía muy claro cómo organizarlas. Y desconfiaban de la participación de sus convecinos. "Estos días, los payos se han manifestado para pedir el parque de la Cuña Verde; nos invitaron para luchar entre todos por los realojamientos, y han ido cuatro gitanos", recriminaba un hombre joven que participó en las citadas movilizaciones. "Chico, tu te engañas, ellos van a lo suyo, luego a ti te envían a un descampado y ellos se desentienden", replicaba enojada una mujer.

"Aquí eso de gitano ladrón y mala suerte al payo ya no tiene sentido, mis hijos estudian con payos, y yo estoy en el bar con payos", comentaba un hombre con bigote. "Y yo estoy casada con un payo", afirmaba convencida una joven.

Una idea quedó clara. Si todo se va al garete, habrá que protestar. "Pero si pretenden damos vivienda en medio del campo, como si fuésemos apestados, de aquí nos sacan con los pies por delante", afirmaban enérgicos. Se refieren al proyecto de trasladarlos a dos poblados en Cuatro Vientos y la carretera de Extremadura.

Los problemas que puedan derivar del cese del trabajo social en los poblados preocupan más a las entidades vecinales y ciudadanas de las zonas cercanas a los asentamientos.

Ayer se celebraron asambleas a pie de calle en los poblados de realojamiento de La Quinta (Fuencarral), Plata y Castañar y San Fermín (Villaverde) y en el poblado chabolista del Cerro Mica (Latina). Hoy están convocadas en el resto. El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid no se ponen de acuerdo sobre la forma de financiar el Consorcio. En el actual convenio de colaboración, que finaliza en junio, el Ayuntamiento pone suelos, y la Comunidad financia -no invierte- la construcción de las viviendas. El trabajo social de los 96 empleados lo pagan a medias.

El Consorcio se creó en 1986 para ofrecer vivienda pública a chabolistas, la mayoría gitanos. Entonces fueron censadas 2.670 familias. Hasta el momento han sido realojadas 1.578. En 10 asentamientos trabajan asistentes sociales, maestros y educadores de calle.

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