La fuerte subida del yen moviliza al Gobierno y los empresarios japoneses
La súbita apreciación del yen frente al dólar, que ha alcanzado paridades alarmantes, moviliza al Gobierno, Banco de Japón y agentes económicos más perjudicados por la fortaleza de la moneda nacional. Las declaraciones del presidente norteamericano, Bill Clinton, favorables a un yen fuerte como instrumento adecuado para reducir el cuantioso déficit comercial con Tokio, han recibido fuego graneado. La industria exportadora anticipa serias pérdidas y prepara cambios de estrategia comercial.
El nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Kabun Muto, señalaba ayer que las manifestaciones de Clinton fueron poco oportunas. "Fue algo totalmente inesperado, extraño y lamentable que un jefe de Estado se refiera a los tipos de cambio", dijo en un comité parlamentario. "No creo que una modificación del cambio pueda corregir el desequilibrio comercial. Sólo una mejora de los niveles de competitividad [de las empresas norteamericanas] ayudaría a mejorar la situación", dijo.Por su parte, el gobernador del Banco de Japón, que ha intervenido masivamente para detener la caída de la moneda estadounidense, hundida en la mañana de ayer en su paridad más baja desde la posguerra (109,90 yenes por dólar), insistió también en el comentario del jefe de la Casa Blanca. "Pienso que el presidente [Bill Clinton] no quería decir que era partidario de una mayor apreciación del yen", dijo Yasushi Mieno en una reunión con empresarios.
Persistencia de la recesión
Otras fuentes oficiales insistieron en que la recesión japonesa puede persistir debido a la apreciación, por lo que no se aumentará el cupo de importaciones y por tanto no habrá una disminución del superavit con Washington, que lleva camino de alcanzar los 50.000 millones de dólares.Yuji Tanahashi, viceministro en la cartera de Industria y Comercio Exterior, recordó que muchas compañías norteamericanas deberán pagar más por equipos nipones que les son imprescindibles para entrar en beneficios.
La mayor parte de los economistas coinciden en que Japón puede afrontar una importante apreciación del yen, algunos de ellos la estiman incluso positiva al ser susceptible de promover una mayor productividad empresarial y reducir los costes. Pero la radical y repentina subida superó las expectativas del Gobierno y sorprendió desagradablemente a los exportadores de automóviles y de componentes electrónicos, principales víctimas.
Hidehiko Okumura, investigador del Instituto Nomura, comentaba que "los principales problemas de Japón en estos momentos son cómo crecer económicamente y cómo reducir el superavit comercial. La actual tendencia del dólar perjudica ambos objetivos". Una paridad de 100 yenes por dólar, que se cotizó a 125 yenes en febrero, se consideraría nefasta y la economía nacional puede registrar un nuevo bajón antes de haber podido remontar la crisis.
Las pérdidas encajadas por corporaciones con un 40% de sus operaciones orientadas hacia el exterior, y la previsible reducción de plantillas ante la ausencia de pedidos por el encarecimiento de sus productos, afectaría negativamente a la demanda interna. Y ésta es una palanca fundamental en los planes de estimulación económica diseñados recientemente por la administración.
Grandes corporaciones estudian ahora la ampliación de sus centros, de producción en el exterior y comerciar desde estas instalaciones.
La multinacional Sharp, por ejemplo, comercializó en diferentes países europeos videos fabricados en sus plantas del Reino Unido a partir de 1985. La caída del valor de la libra esterlina con respecto al yen, un 30% entre junio de 1992 y marzo de este año, provocó un abaratamiento de los costes de personal en esas instalaciones. Concretamente un 34% respecto a las de las firmas domiciliadas en Japón.
Ahora, el proyecto es reconvertir las naves del Reino Unido en centros exportadores con destino a los mercados de Estados Unidos y Oriente Medio. Los poderosos grupos de electrónica Matsushita Communication Industrial e Hitachi no descartan iniciativas similares si el yen se estabiliza en un cambio no deseable.
Pese a las declaraciones del ministro de Finanzas anunciando "una rápida recuperación" del dólar, analistas en el sector privado destacan que las medidas oficiales no han podido detener la fuerte apreciación. Tampoco descartan que el banco central aproveche la situación para analizar la conveniencia de un nuevo recorte en los tipos de interés y aplicar una política menos rígida en el crédito. Ello facilitaría una ligera depreciación del yen al restarle atractivo a la rentabilidad que ofrecen los depósitos de esta moneda.
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