_
_
_
_

Sólo un 1% de jóvenes 'asistentos'

Rosa Rivas

Entre la maraña de mujeres solicitando empleo como personal doméstico, unos cuantos hombres compiten y se anuncian de esta guisa: "Chico extranjero con papeles en regla se ofrece para limpieza doméstica en general, especialidad azulejos, cocinas, baños y trasteros"... "Joven serio y formal. Carné de conducir. Disponibilidad inmediata"... "Chico con informes, -cariñoso, educado, sabiendo hacer todas las tareas domésticas y con experiencia con ancianos y niños"... "Interno con experiencia se ofrece para trabajar en casa de ambiente familiar. Permiso de trabajo, seriedad y cultura."...

Pueden cobrar entre 700 y 900 pesetas la hora como asistentos, de 65.000 a 120.000 pesetas como internos. Pueden estar asegurados o explotados. En esto no hay diferencias por razones de sexo.

Más información
Chicos de servicio

"Sólo un 1% de quienes solicitan trabajo para el servicio doméstico son hombres. Generalmente nos piden internos, mayordomos. Es muy raro que una señora nos pida un asistento. Lo que está más fácil para colocar a un chico es cuidando enfermos" dice María Baeza, directora de Servihogar.

"Planchaba mejor que yo"

Baeza tuvo un joven asistento. "Planchaba mejor que yo y tenía mil detalles arreglando la casa", pero prescindió de él "por miedo al sida" al enterarse de que era homosexual. Ahora, "que se sabe más sobre la forma de contagio, volvería a contratarle".

Ángel es un "chico de 26 años, responsable, sabiendo cocina y limpieza de hogar". Lo que no cabía en el anuncio es que también sabe cuidar niños y ancianos, poner sondas a enfermos, jardinería, decoración, pintura y que además es un manitas.

Su primer trabajo fue a los siete años, recogiendo aceitunas en Jaén, y está muy acostumbrado a buscarse la vida.

Ángel opina que la actitud nacional hacia los hombres dedicados a tareas del hogar "va a tardar en cambiar". "Si no hubiera tanto machismo habría más oportunidades para todos. A los hombres les importa mucho el qué dirán. A las mujeres también. A los maridos no les gusta que vaya otro hombre por la casa, y en el caso de mujeres solas, siempre hay una vecina que comenta: 'He visto subir un chico a tu apartamento'".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_