Tres pesetas
Suscribimos las opiniones de los lectores-oyentes cuyas cartas fueron publicadas en esta sección el domingo 4 de abril (muestra casi estadísticamente representativa de los sólo 250.000 oyentes): nos gusta aburrirnos, sí, pero sobre todo nos gustaba aburrirnos con programas dirigidos por personas que, además de pinchar discos, aportaban su conocimiento particular (crítico, peculiar, reflexivo) que ayuda a diversificar los puntos de vista y favorece la discusión en un mundo cada vez más homogéneo y plano. Esto es precisamente lo que parece querer evitar la dirección de Radio Nacional al perseguir que "el contenido de Radio 2 sea exclusivamente musical sin otras connotaciones, pretensiones o ambiciones literarias, poéticas, sociológicas...". ¿Cabe, realmente, aislar la música de su entorno y de sus circunstancias, sin hacer requiebros sobrehumanos, y que el resultado no sea el hilo musical? ¿Es posible separar un repertorio de la persona que lo ha seleccionado, salvo que no haya detrás ninguna intención selectiva sino acumulativa y azarosa?Estamos en un momento privilegiado para "pedir cuentas al emisor", ya que, en breve, éste se habrá convertido en una "fuerza de la naturaleza, ciega e inconmovible", como lúcidamente nos hacía notar hace poco Sánchez Ferlosio. Recordemos, pues, que habremos visto "mover los hilos", cuando ya no esté en la memoria colectiva, y parezca que lo que hay fue siempre así.