"La Policía es conservadora"

El general Manuel Fernandez-Monzón de Altolaguirre, de 58 años, estrenó ayer su traje azul marino de inspector jefe de la Policía Municipal y la placa número 0001.2. Sus ojos azules, saturados de leer a Zunzunegui y a Aldecoa, posaron para decenas de fotógrafos mientras lanzaba una alocución a unos 200 agentes municipales, junto al alcalde de Madrid. Media hora antes concedía esta entrevista. En una parte del trayecto desde la Casa de la Villa, a la Casa de Campo -allí se encuentra la Jefatura de la Policía Municipal, donde tomó posesión del cargo a las dos de la. tarde-, el general insitía en que ya no lo era, y que a los agentes les diría: "Llámenme señor Monzón; he cambiado el traje caqui por el azul". Pero casi todo el viaje (15 minutos) lo empleó en recalcar que no es ultraconservador, sino liberal.Pregunta. ¿Es usted ultraconservador?

Respuesta. Absolutamente no. Sea cual sea la adjetivación que vaya detrás de ultra, esa palabra me parece un insulto deleznable que no merezco. El hecho de que durante varios años de mi vida haya trabajado con tres de los gobernantes más liberal es que pueda haber, como Pío Cabanillas, Rodríguez Sahagún y Alberto Oliart, lo niega.

P. ¿Conservador?

R. Eso sí. Yo creo que el cuerpo militar, como el de la policía y los magistrados, es por naturaleza conservador. Y si por conservador se entiende respetar un orden y una disciplina, lo soy. Lo de ultra, desde luego, no. Me considero, por ideología, talante y carácter, liberal.

[Media hora después, ante el alcalde y sus subordinados, aclararía Fernández-Monzón que ese conservadurismo choca de lleno contra las actitudes de los sindicatos del cuerpo, que se manifestaron ante el Ayuntamiento para expresar su protesta contra el nombramiento del nuevo inspector jefe. "No me gusta que los miembros de un cuerpo uniformado se manifiesten en la calle", dijo.]

P. El 19 de agosto de 1983 usted publicó un artículo donde llamaba "Vascongadas" [denominación pre-democrática] al País Vasco. ¿Mantiene esa palabra?

R. Es una forma de hablar. Euskadi, que es el nombre actual de la comunidad autónoma vasca, o Euskal Herria, que es el nombre entrañable que le hemos dado los que de allí procedemos de toda la vida, País Vasco o provincias vascongadas... Yo creo que eso no puede constituir una ofensa para nadie. Y no supone un rechazo de la comunidad vasca actual.

P. ¿Cree que la policía local no debe militarizarse?

R. Completamente de acuerdo. Yo he venido a civilizarme [ríe], no a militarizar nada. Éste es un cuerpo civil que está ya sometido a una reglamentación muy estricta, y para modificarlo hay que remitirse a ella. Es curioso que yo haya sido demasiado conflictivo en el Ejército precisamente por no ser demasiado riguroso, y me he encontrado aquí con sorpresas tan enormes como la de la rigurosidad en este cuerpo. Estoy jocosamente sorprendido.

P. ¿Cómo debe afrontar la Policía Municipal la seguridad vial?

R. Siempre se habla de las quejas de los ciudadanos hacia la policía... Habría que ver las que tienen los agentes sobre la ciudadanía. Es una labor de mentalización. Hoy la seguridad vial funciona mejor que hace 20 años.

P. ¿Cómo piensa actuar ante el consumo público de droga?

R. ¡Ay, Dios Mío! Están tan divididas las opinones... el enganchado es un enfermo y hay que tratarle como tal.

P. Nada de multas ¿Entonces?

R. En este momento me coge usted fuera de juego porque no sé cuáles son las sanciones previstas.

P. ¿Cómo debe trabajar la policía municipal en el distrito de Centro?

R. Con máxima atención, máxima comprensión y la dureza necesaria.

Pasa a la página 3