Los Jueces estudian el recurso planteado por los golpistas

El juicio contra los golpistas soviéticos de agosto de 1991 se. reanudó anteayer a pesar de la ausencia por enfermedad de uno de los acusados. Pero ya al mediodía los jueces se retiraron a deliberar sobre el recurso de recusación contra los fiscales presentado por los defensores de los inculpados.Alexandr Tiziakov, el ex presidente de la Asociación de Empresas Estatales, que ayer tuvo que abandonar urgentemente el tribunal por sentirse mal, se halla internado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital moscovita y, por tanto, no pudo comparecer ayer en la audiencia. A pesar de ello, Anatoli Ukólov, vicepresidente de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo y juez principal del proceso, decidió seguir con la vista de la causa en ausencia de Tiziakov.

Como se esperaba, los abogados de los golpistas recusaron a los acusadores, ante todo, por depender del fiscal general, Valentín Stepankov, quien, junto con su vicefiscal, Yevgueni Lísov, escribió un libro en el que utiliza secretos del sumario y condena a los acusados antes del juicio.

El hecho de que entre los acusadores no se encuentre ni Stepankov ni Lísov no cambia la esencia del asunto, pues, como explicó en las páginas del diario liberal Izvestia Alexandr Larin, colaborador principal del Instituto de Estado y Derecho, "todo funcionario de la fiscalía, desde el ayudante del fiscal del distrito hasta el vicefiscal general, está subordinado al fiscal general".

Un libro polémico

"De Stepankov dependen el nombramiento y ascenso, las felicitaciones y amonestaciones, la degradación y cese de todos y cada uno de los funcionarios de la fiscalía", especificó Larin. Incluso VIadímir Lifshits, el abogado de los parientes de los tres muchachos que perecieron durante el intento de golpe en un enfrentamiento con la dotación de un tanque, reconoció ayer en la audiencia que el libro La conspiración del Kremlin, de Stepankov y Lísov, "fue un gran error" y que "su publicación daña al proceso".

Si los jueces dan la razón a los abogados de los golpistas y dictaminan que se debe nombrar a otros acusadores, se presentará un grave problema, puesto que cualquier otro miembro de la fiscalía podrá ser recusado por las razones ya mencionadas.

Como solución, algunos expertos proponen la dimisión de Stepankov o que el Parlamento nombre a un fiscal independiente.