Oriol': "Si los griegos hubiesen tenido coches habrían hecho un aparcamiento bajo la Acrópolis"

El proyecto de reforma de la plaza de Oriente elaborado por el arquitecto Miguel de Oriol y apoyado por el PP sigue sin ofrecer su imagen definitiva. El Ayuntamiento comunico ayer una nueva variación: la capacidad de la cochera subterránea, prevista para 92 autocares turísticos, se recortará a la mitad. Algo similar ocurrió con el aparcamiento para turismos, que pasó de 1.100 plazas a 662. Oriol, que ayer se enfrentó al enésimo debate sobre el proyecto, sigue convencido de su conveniencia: "Si los griegos hubiesen tenido coches habrían hecho un aparcamiento bajo la Acrópolis", dijo.El Colegio Oficial de Aparejadores e Ingenieros Técnicos de Madrid, que organizó ayer una mesa redonda sobre la reforma de la plaza de Oriente, tenía especial interés en conocer la repercusión que en la estructura del Palacio Real pudieran tener el paso y el aparcamiento subterráneos previstos en el proyecto. El director de la Escuela de Arquitectura, Ricardo Aroca, había expresado su temor de que esa intervención pudiera afectar a la seguridad del histórico edificio (véase EL PAÍS del 29 de marzo).

El presidente del colegio, Eduardo González-Velayos, sacó la conclusión, tras oír en el coloquio a Aroca, Oriol y a representantes municipales y de las constructoras, de que las obras de reforma de la plaza de Oriente requerirán "tecnología punta". González-Velayos recomendó al Ayuntamiento que seleccione muy bien a la empresa que ejecute el proyecto y "huya de las bajas" [adjudicaciones a firmas que ofrecen hacer la obra con poco coste, aveces hasta un 40% menor del calculado inicialmente].

No obstante, los aspectos técnicos del proyecto ocuparon una mínima parte del debate. Oriol volvió a defender la bondad de la obra; y Aroca, a intentar demostrar su incoherencia.

Miguel de Oriol anunció que esta misma semana se ha empezado a medir la contaminación de la zona cuya afección al Palacio Real justifica el túnel previsto en el proyecto. Aroca se extrañó de que el plan se pensara hace 10 años para combatir la polución y sin embargo se empiece ahora a hacer las mediciones.

Oriol también presentó los informes de circulación que, según dijo, demuestran que el túnel bajo la calle de Bailén incrementará el tráfico actual (unos 60.000 coches diarios) apenas en un 3%. "Sin embargo, con la desaparición de los cuatro semáforos, la holgura aumentará un 40%, luego es falso el argumento de que el paso subterráneo supondrá mayor carga circulatoria para la zona".

El arquitecto dio dos razones principales para la construcción del aparcamiento subterráneo: las nuevas necesidades que se crearán en la zona con la terminación de la catedral y el teatro de la ópera, y también la necesidad de solucionar un importante problema a los vecinos. Oriol cree que la carencia de servicios, como el de aparcamientos para residentes, ha expulsado del corazón de la ciudad "a dos tercios. de sus habitantes", comentó.

Aroca replicó que la disminución de habitantes del centro tiene otras motivaciones, como la terciarización (aumento del sector servicios): "Los cafés se han sustituido por bancos, y las viviendas, por oficinas". Aroca cree que la prohibición de aparcar frenaría este proceso: "Cuando en el centro se puede estacionar se hace accesible a las oficinas y a personas de mayor renta que sustituirían a la población actual". Eleuterio Población, arquitecto y ponente en el debate, aseguró que el trazado urbano del centro de la ciudad impide la implantación masiva de oficinas. "No existe ese peligro", comentó.

Flexibilidad

Luis Armada, responsable de obras del Ayuntamiento de Madrid, aseguró que la posición municipal sigue siendo flexible para introducir nuevos retoques en el proyecto. Por ejemplo, anunció que el garaje para 92 autocares turísticos previsto en la primera planta del subterráneo se reducirá finalmente a 30 o 40 dársenas.

Armada y Oriol confesaron que fueron los técnicos de circulación quienes recomendaron elevar el número de dársenas pensando en la rentabilidad. El Ayuntamiento debe sacar 2.000 millones de pesetas, de los 5.000 que cuesta el proyecto, con la venta de plazas de aparcamiento a los residentes y cediendo la explotación de los estacionamientos para coches y autocares.

Aroca se alarmó al conocer que el primer piso se destinaría, además de a parada de autobuses urbanos. y autocares turísticos, a cochera donde podrían pernoctar los "caros" vehículos panorámicos. "Ninguna ciudad utiliza su suelo más representativo para hacer un garaje nocturno con el que rentabilizar una obra", comentó.