El Instituto de Empleo les deja parados
La escuela de Leganés para artesanos del violín cerrará en noviembre
El sonido del violín escapa alegre de las ventanas del antiguo hospital psiquiátrico de Leganés cuando en la escuela taller se termina un nuevo instrumento. Bajo la dirección de Juan Peñalver, 19 jóvenes luthiers -fabricantes de instrumentos de cuerda y arco- aprenden a construir violonchelos, violas y violines. La decisión del Instituto Nacional de Empleo (Inem) de no prorrogar las clases un tercer año va a condenar a uno de los escasísimos talleres de luthiers que funcionan en España. Y mientras el Ayuntamiento de Leganés decide la creación alternativa de una escuela municipal de luthiería, los artesanos aprenden contra el tiempo los secretos del maestro Stradivari.
La formación de la primera generación de luthiers españoles no está siendo tarea fácil para Juan Peñalver. Este gaditano de 28 años llegó en 1988 a Leganés dispuesto a enseñar lo que había aprendido en la Escuela Internacional de Luthiería de Cremona (Italia), patria chica del gran maestro de los constructores de violines: el italiano Antonio Stradivari (nacido en tomo a 1648 y fallecido en 1737).Peñalver empezó con 15 alumnos en cursos de un año de duración, patrocinados por el Inem y promovidos por el Ayuntamiento de Leganés (170.000 habitantes). De la pasión pedagógica de Peñalver y de las ganas de aprender de sus alumnos nacieron, a pesar del escaso tiempo, los primeros instrumentos. "El primer violín se presentó en un concierto que apadrinaron el director de la escuela de Cremona y el alcalde de la ciudad", recuerda Peñalver. A éste siguieron en los meses siguientes otros 12 violines, "con una calidad mínima de concierto". Ante tantos y tan bellos instrumentos juntos, el Inem consintió el año pasado en crear una escuela taller de luthiería. "Nos concedieron un año prorrogable a tres, pero nos han denegado el último. El Inem debería promocionar esta escuela porque recupera un oficio artesano, pero parece preferir otros temas", se lamenta Carmen Martínez, directora de la Escuela Taller y Casa de Oficios de Leganés.
Muestra internacional
De poco parece haber servido la celebración el pasado mes de septiembre, por primera vez en España, de la muestra internacional de luthiería, que fue amadrinada por la Reina, y, la exposición en diciembre de los instrumentos de la escuela en el Mercado Puerta de Toledo.La moderna enseñanza de la escuela de luthiería parece dejar atrás definitivamente el sistema tradicional de aprendizaje en un taller. "Yo empecé como aprendiz en el taller de Manuel Contreras, un conocido guitarrero de Madrid, pero no aprendí nada. En un año, lo único que hice fue lijar guitarras y hacer recados. En los dos cursos que llevo en la escuela he construido un violín y una viola, y ahora voy a empezar una viola de gamba", comenta Jesús González, uno de los alumnos.
En el luminoso taller, en un ala del antiguo hospital psiquiátrico de Leganés, aprenden el oficio de luthier siete mujeres y 12 hombres. "El curso pasado aprendieron a preparar el taller, a manejar y cuidar las herramientas y construyeron su primer violín. Este curso deben hacer dos instrumentos -viola y violonchelo- y van a aprender pequeñas nociones debarniz", explica Peñalver. Para el tercer y último curso, que ya no tendrán, estaba previsto que construyeran un instrumento barroco y aprendieran a barnizar y restaurar.
La pasión que Peñalver pone en la enseñanza es contagiosa. Todos sus alumnos desean establecerse como luthiers y hacen planes para el futuro, a pesar del negro panorama que les dibuja la decisión del Inem.
"Va a ser difícil. El oficio de luthier en España casi no ha existido y puede pasar mucho tiempo hasta que te des a conocer", cuenta Julián Macías, el autor del primer violín realizado bajo la dirección de Peñalver.
Un violín fabricado por un luthier moderno puede costar desde 400.000 pesetas hasta un millón. "El violín con el tiempo gana valor, siempre que sea de luthier. Un violín antiguo es una obra de arte y como tal tiene un valor incalculable", subraya Peñalver.
"¡Ya me gustaría a mí tocar con los violines que salen de aquí!", exclama Luz Prieto. A esta leonesa de 24 años, estudiante de canto y violín, le gustaría especializarse en el futuro en violas de gamba. Luz, María José Sandoval, Raquel Martínez o Merche Huete serán las primeras mujeres luthiers en España. "En el extranjero las hay muy buenas. Las que carecen de fuerza física poseen la paciencia para hacer filigranas", comenta Peñalver.
Para evitar la desaparición del trabajo realizado, en el Ayuntamiento de Leganés están pensando en crear una escuela municipal de luthiería. "Estamos en contacto con la Escuela Internacional de Cremona, que aportaría su saber hacer y su experiencia. Hemos encargado a Juan Peñalver la elaboración del proyecto, pero hay que buscar además quién puede financiarlo, ver si el Ayuntamiento puede costearlo y estudiar las posibles salidas profesionales de los futuros luthiers", cuenta Luciano Represa, concejal de hacienda y desarrollo local del Ayuntamiento de Leganés.
"En España se gastan anualmente unos 25.000 millones de pesetas en tiendas que venden instrumentos de música hechos en serie y apenas se gasta nada en luthiería", asevera Peñalver, "debido al comisionismo que mantienen algunos profesores de conservatorios".
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