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EL LABERINTO DE KIO EN ESPAÑA

Grupo Torras: la gran liquidación

Uno de los principales inversores extranjeros vende sus empresas tras el hundimiento de sus intereses en España

La historia de KIO en España es la del fracaso de un gran conglomerado indusrial asentado sobre una inversión super¡or a 500.000 millones de pesetas. Las peripecias por las que ha atravesado su holding -el Grupo Torras- desde 1984 semejan un gran drama teatral con desenlace, aunque sin final claro. En mayo del pasado año, el descubrimiento de las pérdidas degenera en una liquidación de saldo de las principales empresas del grupo. Ahora, tan sólo falta encontrar compradores en un mercado deprimido por la ausencia de beneficios.

El nudo de este drama se forma en mayo de 1992, cuando KIO decide relevar al equipo de Javier de la Rosa. A partir de aquí se suceden los enfrentamientos entre antiguos y nuevos gestores; las suspensiones de pagos en cadena; el intento de venta de las empresas; la querella contra De la Rosa y su equipo, rechazada por el juez Moreiras; las negociaciones entre los Gobiernos kuwaití y español; las acusaciones de la Administración contra el financiero por sus actividades en la bolsa. Flotando siempre en el ambiente las insinuaciones y mensajes del entorno de De la Rosa sobre pagos a partidos políticos y conocidos personajes de la vida pública.Como en toda trama, también la de KIO cuenta con un variado plantel de actores encabezados por Javier de la Rosa como protagonista fundamental. En el elenco, una larga serie de amigos, enemigos y actores de reparto, testigos de batallas campales financieras, con desembarcos en empresas, luchas entre accionistas y un rosario aún no desenredado de compras y ventas con desconocido propósito.

A lo largo de estos años, el grupo KIO ha realizado muchas más operaciones que le convirtieron en uno de los principales grupos industriales del país. Su centro de operaciones se situó en la antigua empresa papelera Torras Hostench, que tras segregar los activos papeleros formó el holding Grupo Torras. Cort este portaviones, el equipo de De la Rosa creó una fenomenal plataforma con la que acudir a los bancos a solicitar créditos.

Del Grupo Torras cuelgan las participaciones industriales, delas que destacan la agroalimentaria Ebro Agrícolas, el grupo papelero Torraspapel, el químico Ercros, que a su vez controla las de fertilizantes FESA-Enfersa y Unión Española de Explosivos (UEE), entre otras. En el área inmobiliaria, Prima, promotora de las torres de la Puerta de Europa, en Madrid.

El dueño del dinero

El Grupo Kuwait Investment Office (KIO), es una sociedad que gestiona fondos públicos del Estado de Kuwait y privados de ciudadanos kuwaitíes. Está controlada por el emirato a través de Kuwait Investment Authority (KIA). El hundimiento de las inversiones de KIO en España, donde, según afirman autoridades kuwaitíes, han perdido más de 5.000 millones de dólares (570.000 millones de pesetas), desencadenó diversas investigaciones que han desembocado en su desmantelamiento.Las depuraciones iniciadas en Kuwait, también han afectado a KIA. Fuentes financieras del emirato opinan que, en realidad, KIO ha pasado a depender directamente del Gobierno a través del Departamento Público de Inversiones.

La sede de KIO en Londres ha quedado bajo la batuta del bufete Baker y McKynsey, que en estos momentos prepara una querella ante los tribunales de esa ciudad contra cuatro antiguos ejecutivos: los españoles Javier de la Rosa, representante de KIO en España; Juan José Folchi, asesor legal del grupo en España, y los kuwaitíes Fahd al Sabah, ex presidente de KIO, y Fouad K. Jaffar, anterior director de la oficina.

Tras la sustitución de éstos, KIO nombró a Alí Rashid al Bader como presidente y a Mahmud al Nuri como director de la oficina de Londres y responsable de los negocios en España. Este último ha sido reemplazado por Salah al Maousherji, nuevo eslabón entre KIO y Torras. El verdadero carácter de las inversiones de KIO -privado o gubernamental- está siendo investigado por el Gobierno español.

El centro operativo

El holding de KIO en España, Grupo Torras, presentó el 4 de diciembre pasado la mayor suspensión de pagos de la historia de España con un pasivo de 243.000 millones de pesetas y unas pérdidas en 1992 cercanas a 50.000 millones. De la cifra de deudas, el 90% corresponde al principal accionista, KIO, que en enero pasado convirtió sus créditos en deuda subordinada.En el mes de enero, el secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez, viajó al emirato para formalizar un protocolo entre los Gobiernos de Kuwait y España. El objetivo era impedir nuevas suspensiones de pagos y organizar la retirada de KIO, con apoyo financiero por parte del grupo árabe. Los ejecutivos de las empresas de Torras consideran que el grupo árabe hace ya meses que se ha retirado. En el mencionado protocolo se establecía el compromiso de crear un comité ejecutivo que sirviera de interlocutor para todas las partes. Este comité nunca llegó a constituirse, después de que Torras suspendiera pagos y nombrará a Peat Marwick administrador único. Ahora el administrador es un directivo de Aresbank. En cuanto al apoyo financiero, éste ha llegado fundamentalmente a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO).

La actividad de los ex gestores del Grupo Torras en ]Bolsa ha sido objeto de investigación por la CNMV, que ya ha anunciado la apertura de expedientes. En algunas empresas, como Ebro, Prima y Ercros, Torras declaró que tiene menos del 50%. En otras sociedades, sin embargo, De lit Rosa colocó acciones compradas con créditos del Grupo Torras que superaban ese 50%.

La joya de la corona

Ebro Agrícolas es una sociedad de origen exclusivamente azucarero, pero que se ha convertido en un grupo agroalimentario con presencia en varios sectores: arroz (Herba y Nomen), vegetales (Arotz), aceite (Elosúa), especias (La Carmencita), pescado (Vasco de Gama), distribución- (Ventrex), así como fincas y suelos rústicos. Esta empresa es la única del grupo que tiene beneficios, aunque en el último ejercicio (6.200 millones de pesetas) los haya reducido el 40%. Junto a Torraspapel, es la única que no ha suspendido pagos.Grupo Torras controla el 36% de Ebro, de acuerdo con datos de Bolsa. Los dueños de esa participación son, en realidad, varios bancos, ya que estas acciones sirvieron de garantía para que Torras obtuviera créditos por valor de 23.700 millones de pesetas. En cualquier caso, eso no impide que Torras haya puesto en venta el paquete y que se hayan mostrado interesados por él varios posibles compradores, entre ellos, el grupo FCC, British Sugar, Tabacalera y el francés Navigation,Mixte.

Sin embrago, la venta no es tan fácil como han dado a entender los responsables de KIO. El presidente de Ebro, Manuel Guasch, ha buscado activamente un comprador, pero ha encontrado más dificultades de las esperadas.

De la Rosa, que cuenta con una participación del 12%, esgrime un contrato que le da derecho de tanteo ante cualquier venta. Torras no da valor a ese contrato, ya que dice que lo hizo él mismo cuando controlaba la gestión de la empresa.

Punto de partida

La cabecera de Grupo Torras en el sector papelero, actividad a través de la que el grupo KIO inició su singladura en España, es una de las pocas que no se encuentra en suspensión de pagos. Hasta el inicio de la crisis, Torraspapel estaba formada por cuatro grandes empresas que la convertían en la primera papelera española: Torraspapel, Sarrió Papel y Celulosa, Intermills y Celulosa de las Ardenas. La facturación global del grupo superaba 100.000 millones de pesetas y su plantilla global era superior a 6.000 personas.Los nuevos gestores nombrados por Grupo Torras, encabezados por el nuevo consejero delegado, Raúl Chamorro, asumieron como principales objetivos reducir la deuda, superior a 75.000 millones; los costes financieros, que en 1992 se cobraron 8.000 millones de pesetas en intereses; reducir también los costes salariales y del equipo directivo; y vender las empresas más endeuadas.

Torraspapel vendió Celulosa de las Ardenas a la banca belga y al Gobierno del cantón valón de ese país, y redujo su deuda consolidada en 50.000 millones de pesetas. También ha vendido Intermills. Tras estas operaciones, la deuda del grupo Torraspapel es de más de 20.000 millones, a los que se deben añadir otros 22.000 millones con Torras, que se convertirán en deuda subordinada.

Repecto a las otras dos empresas, Torraspapel y Sarrió Papel, el objetivo final de Grupo Torras es su venta, para lo que se iniciaron contactos con la empresa norteamericana Intemational Paper, aunque para ello es necesario reducir la plantilla el 30%.

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