Dos muertos y un herido por disparos 'accidentales' de la policía francesa

Tres veces se han disparado accidentalmente los revólveres de otros tantos policías franceses desde la llegada de Charles Pasqua al Ministerio del Interior, hace una semana. El balance es estremecedor: un joven zaireño muerto en una comisaría; un joven francés muerto en el transcurso de su detención, y un joven magrebí gravemente herido cuando huía. Esta multiplicación de errores coincide con las operaciones diarias de limpieza en el barrio parisino de Barbés, habitado por inmigrantes, y con una activísima presencia de la policía en el resto de la capital.En la madrugada del pasado martes, un zaireño de 17 años fue detenido después de robar unos paquetes de cigarrillos en un bar de París. Horas después, en la comisaría de la Rue Achille Martinet, un inspector sacó su arma de servicio y "para darle un susto" apuntó contra la cabeza del detenido. El arma "se disparó sola" y mató al zaireño. Pasqua aseguró que el inspector será "sancionado". La organización SOS Racismo denunció "el clima de inseguridad que la policía está haciendo reinar entre la juventud". Seis personas resultaron heridas ayer cuando la policía disolvió una manifestación de unos 150 compatriotas del muchacho muerto ante la comisaría donde falleció.

Este sangriento accidente no es un caso aislado. El pasado domingo, un francés de 18 años murió en la localidad de Chambéry (Saboya) tras recibir un disparo en la cabeza del policía que le estaba colocando las esposas. Ayer, un magrebí de 17 años fue herido gravemente en la cabeza por un disparo de bala efectuado por otro funcionario. Ocurrió en la localidad de Wattrelos (Paso de Calais) cuando la víctima era perseguida por el policía, que sospechaba que estaba robando un automóvil.

Magrebíes y africanos

En paralelo, la policía se ha lanzado al asalto del barrio parisiense de Barbés-La Goutte d'Or, habitado mayoritariamente por magrebíes y africanos. En los últimas días, ha realizado tres operaciones de limpieza en el mercadillo situado en el bulevar de La Chapelle y bajo las arcadas del metro aéreo. Los funcionarios han efectuado 1.000 controles de identidad y han detenido a un centenar de extranjeros en situación irregular.Claudine Honoré, de la asociación de vecinos de La Goutte d'Or, aprueba las redadas, pero advierte: "No sería conveniente caer en el exceso contrario de los controles de identidad sistemáticos y las detenciones por la cara". La presencia policial en las calles de París es espectacular desde la llegada de Pasqua a Interior, y no sólo en los barrios de inmigrantes.

Por otra parte, el duro Pasqua tiene que resolver un asunto muy delicado: la muerte en extrañas circunstancias del yerno de Jacques Chirac. Philippe Habert falleció el pasado lunes y una primera autopsia no ha determinado si se trató de un suicidio o una muerte natural.