Repsol ofrece la ayuda para comprar autobuses menos contaminantes

La Empresa Municipal de Transportes (EMT) no pudo ampliar su parque de autocares (actualmente 1.800) en 200 el año pasado por falta de presupuesto. La Concejalía de Circulación se ha empeñado en aprobar cuanto antes la partida necesaria para esta compra -unos 3.000 millones de pesetas-, pero se ha encontrado con la oposición frontal de los responsables de la Concejalía de Medio Ambiente. La titular de esta parcela, Esperanza Aguirre, quiere que los autobuses de la EMT, . hasta ahora' de gasóleo, contaminen menos. La compañía petrolífera Repsol ha propuesto al Ayuntamiento financiar la diferencia de precio entre un autocar normal y uno propulsado por gas licuado de petróleo (GLP).Esperanza Aguirre defiende este proyecto hasta sus últimas consecuencias, y ya ha enviado las bases de la propuesta de Repsol a sus compañeros de partido presentes en el Consejo de Administración de la EMT.

Un autocar normal de la EMT, como los que hasta ahora están en circulación por las calles de Madrid, cuesta entre 14 y 18 millones de pesetas. Un autobús impulsado por GLP (un derivado del petróleo, pero mucho menos contaminante) supone una inversión añadida de otro millón y medio. Esta diferencia es la que Repsol se compromete a pagar, y también los costes de transformación de las instalaciones en las cocheras, para facilitar el acceso al nuevo suministro.

Las complicaciones en el suministro son el inconveniente que siempre se ha citado desde la propia empresa para rechazar los experimentos con GLP. Aguirre, sin embargo, entiende que al ser el GLP un líquido es más fácilmente adaptable al sistema de cocheras y al amplio parque actual de la EMT que el que está experimentando Fiat con gas natural para el Consorcio Regional de Transportes.

Limpiar la atmósfera

El prototipo que el consorcio pretende poner a prueba a partir de septiembre necesitará la inyección a presión del gas durante toda la noche para poder disponer de autonomía suficiente por el día. El gas natural, a cambio, es menos contaminante que el GLP, aunque éste, en cualquier caso, ensucia un 60% menos la atmósfera que el gasóleo.Aguirre califica de "extremadamente conveniente" la proposición de Repsol, aunque el Ayuntamiento está muy interesado en los dos proyectos. El objetivo es rebajar los altos niveles de contaminación que producen los taxis, autobuses y camiones de carga, que se calcula en el 40% del total en las horas punta.

Repsol ha completado su oferta con el compromiso de mantener, durante el contrato, el precio del GLP por debajo de las tarifas del gasóleo.