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Scalfaro abre consultas para formar Gobierno en Italia sin aceptar la dimisión de Amato

El presidente de la República de Italia, Oscar Luigi Scalfaro, abrió ayer consultas para sondear la posibilidad de formar un Gobierno institucional, que dure al menos el próximo semestre. Pero lo hizo sin declarar esa intención, debido a que previamente no había querido aceptar la dimisión que le fue ofrecida por el actual primer ministro, el socialista Giuliano Amato. Scalfaro aludió, en cambio, a supuestos peligros anticonstitucionales de desestabilización, que descartó, aunque, de hecho, se haya negado a abrir un *vacío de poder, ni siquiera mínimo. Ayer mismo, el ministro de Finanzas, Franco Reviglio, dimitió después de que se le abriera un sumario por presuntas irregularidades cometidas cuando presidía el grupo petrolero estatal, ENI.

Este procedimiento camuflado, y contrario a la práctica habitual en Italia de que el Gobierno caiga antes de que comiencen los sondeos para sustituirlo, fue inmediatamente criticado por el líder neofascista, Gianfranco Fini, quien declaró: "Se sigue ocultando una verdad que está a la vista de todos. De hecho, hay una crisis de Gobierno". Y, probablemente, la actuación de Scalfaro merecerá nuevas críticas de quienes, como el ex presidente de la República, Francesco Cossiga, le han acusado últimamente de actuar con un exceso de presidencialismo.Por su parte, un político democristiano, el diputado Clemente Mastella, resumió otra percepción extendida de los acontecimientos, al pedir una reunión inmediata de todos los grupos parlamentarios con este argumento: "La confusión es tal, que exige que se reflexione".

Lo cierto es que la Democracia Cristiana (DC), el partido de Mastella, azotado por las investigaciones sobre presunta corrupción y conexiones mafiosas de sus principales dirigentes, se ha visto absolutamente al margen de la gestación y desarrollo de esta crisis del Gabinete de Amato. Su secretario general, Mino Martinazzoli, ni siquiera entendió lo que Amato estaba diciendo cuando el primer ministro la anunció el lunes por la tarde, y ayer todavía expresaba su reticencia con esta frase: "Nunca hemos pedido que la imaginación sustituya a la realidad".

Pero no fue la imaginación la determinante de que Amato haya renunciado inesperadamente a dirigir el denominado "único Gobierno posible", sino más bien la dura realidad de las investigaciones sobre corrupción de los jueces milaneses.

El lunes, Leonardo Di Donna, un ex dirigente del grupo petrolero ENI, reiteró ante el juez acusaciones ya conocidas contra el socialista Franco Reviglio, actual ministro de Finanzas, de irregulares presuntamente cometidas durante el tiempo en que presidió esa empresa del Estado. Amato temió desde entonces la inminencia de un sumario contra su ministro, y, consciente de que su Gobierno no aguantaría otro incidente de este tipo, advirtió de la inminencia de la crisis.

Sus temores se confirmaron a las seis de la tarde de ayer, cuando se conoció la apertura de un sumario contra el ministro Reviglio, quien dimitió poco después, dejando como testamento una propuesta de introducior siete nuevas loterías para alimentar al exhausto fisco.

El nuevo secretario socialista, el ex sindicalista Giorgio Benvenuto, era, por otra parte, partidario de acelerar la entrada de los ex comunistas en el Gabinete, a fin de que éste exprese una política más social y un cierto giro a la izquierda. De ahí, que haya potenciado la oferta de Amato de poner su Gobierno a disposición de Scalfaro, con la recomendación adicional de que éste incluya en la nueva mayoría al Partido Democrático de la Izquierda (PDS) y a los republicanos. El líder del PDS Achille Occhetto, reaccionó en principio favorablemente a esta idea, aunque hoy tendrá que hacer las cuentas con la izquierda de su partido que no ve con simpatía. el asunto. Y la lira se depreciaba, entretanto, por debajo del límite histórico de 1.000 liras frente al marco.

Referendos garantizados

Sólo la inminencia del sumario contra Reviglio pudo convencer a Scalfaro de la necesidad de cambiar el Gabinete sin esperar siquiera al referéndum del 18 de abril. Ayer, tras reunirse por la mañana con los presidentes de la Cámara, Giorgio Napolitano,-ex comunista, probable presidente del Gobierno institucional, si se hace- y del Senado, Giovanni Spadolini, además de con Amato, el jefe del Estado, advirtió: "La República tiene instituciones sólidas, que no pueden ser amenazadas por voces tendenciosas, por sospechas infundadas, por hipótesis de comportamientos constitucionalmente poco correctos de fuerzas del Estado siempre fieles". Y añadió: "Será garantizado el derecho de los ciudadanos al desarrollo de los referendos".

Esta última frase encubre una señal negativa para los partidarios de celebrar elecciones inmediatas con el viejo sistema y revela la verdadera razón por la que Scalfaro no quiso aceptar, ayer, por la mañana, la dimisión de Amato. Por eso, el Gobierno italiano no está oficialmente en crisis. Para que nadie pueda esgrimir el fantasma de las elecciones.

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