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Borís Yeltsin: "No obedeceré a los diputados"

El líder ruso, Borís Yeltsin, salió ayer de la fortaleza del Kremlin en dos ocasiones piara arengar a decenas de miles de partidarios, que se habían lanzado a las calles de Moscú. La primera salida, a primera hora de la tarde, fue de desafío. La segunda, entrada la noche, fue de agradecimiento. "No son esos seiscientos [diputados] los que deben resolver el destino de Rusia. No los obedeceré" exclamó Yeltsin ante la multitud, mientras el Congreso sometía a votación su cese. "Rusia se ha liberado de¡ yugo del totalitarismo, del yugo comunista, y camina por la vía de la democracia" manifestó Yeltsin, que recuperaba la energía de un candidato presidencial.

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"Por supuesto, se sienten incómodos aquellos a quienes hemos pisado los callos. Por eso ahora concentran sus esfuerzos en eliminar a Yeltsin, si no físicamente, por lo menos derrocándole", señaló el presidente a los pies de la catedral de San Basilio.Sin embargo, el líder ruso se mostró seguro de sí mismo y, para demostrar que es un hueso duro de roer, citó al general Valentín Varénnikov, el ex comandante de la Infantería soviética implicado en la intentona de golpe de agosto de 1991, quien desde la cárcel se lamentó: "Al único al que Gorbachov no pudo meter en cintura fue a Yeltsin".

Después del discurso del presidente, Elena Bonner, viuda del premio Nobel y luchador por los derechos humanos Dmitri Sájarov, tomó la palabra por segunda vez para dirigirse a Yeltsin teniendo como testigos a las casi 100.000 personas congregadas junto al Kremlin. "Usted debe prometernos que ya no habrá más compromisos con Jasbulátov, Zorkin y otros canallas. Si usted es nuestro comandante, después de darnos la orden de avanzar, no puede pedirnos que nos echemos a tierra", señaló como la heroína de una nueva revolución.

" Lo juro. Se acabó. El tiempo de los compromisos ha terminado", declaró solemnemente Yeltsin, arrancando frenéticos aplausos de la multitud. Por la noche, Yeltsin volvió a salir a la calle para agradecer a sus partidarios las muestras de apoyo y reafirmar su decisión de seguir adelante con las reformas.

"El golpe de Estado comunista no ocurrió, porque ganó el pueblo, ganó la democracia", dijo Yeltsin refiriéndose al fracaso de los intentos de cesarle. "Ésta es una victoria de la joven Rusia, que ahora continuará avanzando. Estoy seguro de que este año las cosas irán mejor que en el muy difícil año pasado", agregó.

Junto al presidente se encontraba el primer ministro, Víktor Chernomírdin, que informó a la multitud de las manifestaciones realizadas en apoyo a Yeltsin en un centenar de ciudades de Rusia. Después del segundo discurso presidencial, comenzó la fiesta, que duró hasta la medianoche: los cosacos abrieron botellas de champán y los músicos se apoderaron de la tribuna.

Cantaron los conjuntos más populares de Rusia: el grupo Nana, Yuri Antónov y Serguéi Mináyev. Los manifestantes se dejaron llevar por el ritmo de la melodías de rock y comenzaron a saltar y bailar. "Si en los mítines comienzan a participar los cantantes, tenemos asegurada la victoria en el referéndum", comentó de forma entusiasta un joven vestido con uniforme de camuflaje.

Mítines de la oposición

La oposición, por su parte, ayer por la mañana organizó dos mítines separados: los comunistas ortodoxos liderados por Víctor Ampílov se reunieron en el parque Gorki, y los militantes del Frente de Salvación Nacional lo hicieron junto a la Casa Blanca. A primeras horas de la tarde ambas manifestaciones se fundieron en la plaza Manézhnaya, junto al Kremlin.

La oposición había logrado congregar a unas 30.000 personas, que gritaban "iYeltsin, al banquillo de los acusados!" Los manifestantes portaban banderas rojas del Partido Comunista y negro-amarillo-blancas del Frente de Salvación Nacional y pancartas insultantes para el presidente como ¡Muerte al Gobierno sionista de ocupación! o ¡Llevemos a juicio al borracho y criminal de Yeltsin!

Separados de los demócratas por la plaza Roja, los adversarios de Borís Yeltsin también aguardaron hasta bien entrada la noche para conocer los resultados de la votación parlamentaria sobre la destitución del presidente. Ampílov no se desaminó al enterarse de que no se había logrado echar a Yeltsin.

"El 25 de abril el pueblo se pronunciará y entonces sí que Yeltsin dejará de ser presidente", vaticinó el dirigente de la oposición.

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