El nuevo rumbo de París inquieta a Bruselas

La victoria de la derecha en Francia, que sitúa como primera fuerza a la neogaullista Agrupación para la República (RPR), ha sembrado la inquietud. en la Comisión Europea y principalmente en el equipo presidencial que trabaja con Jacques Delors, aunque un espeso silencio haya rodeado casi toda la campaña electoral y los días de resaca posteriores a la primera vuelta.El propio jefe de gabinete de Delors, Pascal Lamy, que ayer trabajaba normalmente en su despacho, fue derrotado tan estrepitosamente como varios centenares de candidatos socialistas. Delors, cuya hija Martine Aubry abandona el Gobierno socialista, no ha vivido la derrota. sólo como una cuestión personal.

La desautorización que ha sufrido el socialismo francés y el propio François Mitterrand difícilmente puede separarse de buena parte de los conceptos más básicos de la construcción europea. A fin de cuentas, los resultados permiten una amarga lectura en clave antieuropeísta: avanzan los partidos donde los ideales europeos son más débiles (el RPR, cuyos seguidores fueron ampliamente desfavorables a Maastricht en el referéndum) y el Frente Nacional, y sigue manteniendo el tipo el comunismo anti-CE de Georges Marchais.

Para Delors, sin embargo, las elecciones se interpretan también en clave de inmediato futuro. Jacques Chirac, el gran triunfador de las elecciones, ya ha indicado que el presidente de la Comisión Europea debe abandonar sus pretensiones de aparecer como el jefe del Gobierno europeo, debe olvidarse de tantos viajes al extranjero y entrevistas con jefes de Estado y no debe asistir ni siquiera a los Consejos Europeos o a las cumbres del G7 como ha sido norma hasta ahora. A la segunda cohabitación entre Mitterrand y el futuro primer ministro se une ahora un sordo enfrentamiento entre candidatos a la presidencia de la República, que puede producir estropicios en Bruselas.

Chirac, el gran candidato de la derecha, quiere empezar a liquidar enseguida a Delors, presumible candidato de la izquierda si Michel Rocard queda descabalgado. En tal caso, la operación lleva a convertir al presidente de la Comisión Europea en una especie de supergerente de los asuntos corrientes de la CE.

Hay otras cuestiones que preocupan en la Comisión Europea respecto a la segunda vuelta y al gobierno que surja de la contienda: ¿Qué actitud adoptará el nuevo gobierno en las negociaciones del GAM. ¿Exigirá la renegociación de la Política Agrícola Común y del acuerdo con EE UU sobre limitación de cultivo de oleaginosas y exportaciones agrarias? ¿Soportará Alemania más dilaciones al acuerdo comercial? ¿Seguirá resistiendo el eje franco-alemán cuando alguien más se entrometa en la pareja histórica formada por Mitterrand y Helmut Kohl? ¿Qué rumbo tomará Francia en política de defensa y en sus relaciones con la OTAN?.