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Abierto juicio al comisario Ballesteros por no identificar a tres confidentes

Aurora Intxausti

El juez de instrucción número 3 de San Sebastián ha decretado la apertura de juicio oral contra el director del Gabinete de Información de la Seguridad del Estado, comisario Manuel Ballesteros, por un presunto delito de denegación de auxilio a la justicia, al negarse a facilitar la identidad de tres confidentes policiales.

Esas personas eran sospechosas de la autoría de la matanza del bar Hendayais, en 1980, y trabajaban como informadores al servicio de Ballesteros. El fiscal jefe de la Audiencia Provincial, Luis Navajas, y la defensa del funcionario habían solicitado el archivo de las diligencias. Manuel Ballesteros había prestado declaración recientemente mediante exhorto y no dió a conocer los nombres de las tres personas que pasaron de Hendaya (Francia) por la frontera de Irún (Guipúzcoa), después que presuntamente llevasen a cabo un atentado contra un grupo de personas que se encontraban en el interior del bar Hendayais. La acción terrorista acabó con la vida de tres personas y causó heridas a otras nueve.

Ballesteros, a pesar de los reiterados requerimientos de los jueces a lo largo de todos estos años, no ha querido dar a conocer la identidad de los confidentes policiales argumentado desconocer sus nombres. En 1985 fue juzgado y condenado por la Audencia donostiarra por negarse a que la Justicia pudiese conocer la identidad de aquellas personas, a las que se les pagaba con dinero del Ministerio del Interior por los servicios que prestaban.

El Tribunal Supremo absolvió a Ballesteros de la pena de tres años de suspensión de sus funciones, impuesta por la Audiencia donostiarra, pero dejó abierta la posibilidad de que se le pudiese interrogar al funcionario policial sobre el tema, al afirmar que éste actuó "en la creencia errónea de que protegía bienes jurídicos superiores y no por malicia".

Detenidos

El 23 de noviembre de 1980 tres personas de nacionalidad francesa dispararon de forma indiscriminada en el bar Hendayais, en Francia, lo que provocó tres muertos y nueve heridos. Minutos después, tres personas cruzaron la frontera de Irún, a menos de un kilómetro del lugar de los hechos, saltándose los controles de seguridad. Los tres individuos fueron detenidos por agentes policiales españoles y una vez que éstos efectuaron una llamada de teléfono a Manuel Ballesteros quedaron en libertad.Esas tres personas trabajaban al servicio del comisario Ballesteros quien en 1980 ocupaba el puesto de jefe del Mando único de la Lucha Contraterrorista. La misión que desempeñaban era la de labores de investigación sobre presuntos miembros de ETA que se encontraban residiendo en el suroeste francés. Los informadores percibían 500.000 pesetas al mes que corrían a cargo de los presupuestos del Ministerio del Interior.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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