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España derrocha la mitad del agua para regadíos y abastecimiento urbano por fugas y mala gestión

La ONU decidió el pasado otoño que, desde hoy, cada 22 de marzo se celebre el Día Mundial del Agua para recordar que éste no es un recurso ¡limitado. España, con la sequía y las restricciones dentro de casa, lo sabe bien. Sin embargo, la gran mayoría de los regadíos son grandes derrochadores de agua (el uso agrícola se lleva el 80% del consumo total de agua regulada) tal como reconoce la Administración. El Centro Nacional de Tecnología de Regadío calcula que la modernización y mejora de los regadíos actuales puede bajar a la mitad el consumo del líquido vital. Tampoco el abastecimiento urbano es un ejemplo de eficiencia. Según datos de las Confederaciones Hidrográficas, entre un 25% y un 50% de este agua se pierde en fugas.

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Algo más de tres millones de hectáreas tienen regadío en España, lo que supone un 16% de la superficie agrícola útil y un 62% de la producción agroalimentaria nacional. Es el 11º país del mundo con más tierras regadas. La previsión es que para el año 2002 haya 500.000 hectáreas más.Las asociaciones ecologistas con la Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (CODA) y ADENA a la cabeza, dicen no entender nada. Son muy críticas con la transformación de secanos en regadíos, porque es una política contradictoria con las pautas agrícolas de la CE, que no prevé salidas para productos que ya son excedentarios (cereales, por ejemplo) y que vuelve a promocionar la agricultura extensiva frente a la intensiva; y, porque además alteran los ecosistemas naturales. Los regadíos en zonas de los Monegros están en el centro de los ataques.

Una de las prioridades de Agricultura es "modernizar los regadíos tradicionales, sobre todo en Levante, que sufren muchas filtraciones; y mejorar las tecnologías y los hábitos para hacerlos más eficaces", dice Luis Atienza, secretario general de Estructuras Agrarias.

Técnicas obsoletas

En Castilla-La Mancha se sigue regando por aspersión a mediodía y en pleno verano, lo que supone que una tercera parte del agua consumida se pierde por evaporación, nunca llega a la tierra. Unas boquillas viejas en los surtidores puede elevar hasta en un 60% el consumo. En los cultivos de alfalfa a manta (inundando la superficie) se está consumiendo en España en torno a 12.000-13.000 metros cúbicos por hectárea y año; en el Centro de Regadío, ubicado en una amplia finca en San Fernando de Henares (Madrid), se ha conseguido una media de 8.083 metros cúbicos. Con el maíz -uno de los cultivos de regadío más habituales en España- se han logrado medias de 3.682 metros cúbicos por hectárea y año; cuando lo habitual en España es un volumen cinco veces superior. El truco consiste en regar a surco, en vez de a toda superficie. Haciendo extrapolaciones y sin entrar en matizaciones de tipo de suelo, cultivo o clima, si los regadíos se perfeccionaran, se podría ahorrar la mitad de agua.

Julián Muñoz, director de la Escuela Central de Capacitación Agraria y del Centro Nacional de Tecnología de Regadío, ha vivido 13 años en la Rioja y ocho en Murcia; así que conoce bien cómo se está regando en España: "No se puede explicar la alegría con que se emplea el agua en La Rioja, anegando las fincas. En los regadíos tradicionales de Levante, el sistema de acequias tiene una pérdidas brutales. No valoramos el agua". Critica también la filosofía urbana de jardín con césped: "Estamos llevando a España a una situación absurda, como si esto fuera Londres".

Mufloz reconoce que, aunque falta mucho por hacer, se va avanzando, y hay zonas de Aragón y Murcia ya modélicas en la gestión del agua, en las que incluso se ha introducido la regulación por ordenador de las bocas de riego. Santiago Alonso, director general de Infraestructuras del Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA), destaca la zona del Campo de Cartagena.

Alonso explica lo que se ha hecho y lo que se piensa hacer: En la década pasada, se transformaban en regadío alrededor de 45.000 hectáreas por año; "en los últimos años, el ritmo ha caído mucho, porque nos estamos acercando al techo de los terrenos que merece la pena irrigar, más con las directrices de la CE".

Ahora, la Administración Central está haciendo regadíos en los Monegros (Aragón), la zona de Porma (León), canal centro de Extremadura, SagraTorrijos (Toledo) y zona del río Chanza (Huelva). Las Comunidades Autónomas tienen planes en otras 150.000 hectáreas.

En lo que coinciden Muñoz y Alonso es en que ya no se puede acometer la construcción de regadíos como en décadas pasadas: en la balanza de la rentabilidad social hay que sopesar también el impacto ambiental y el precio del agua. "La prueba está en que de las 27.000 hectáreas que pensábamos regar en el Canal Centro de Extremadura, sólo vamos a hacer finalmente las obras en 15.000", señala Alonso.

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