Críticas en el PS francés al anuncio de Rocard de apoyar a los ecologistas en la segunda vuelta
Henri Emmanuelli, François Hollande y otros dirigentes socialistas calificaron ayer de "prematuro" el anuncio de que, a petición de Michel Rocard, su partido apoyará unilateralmente a los ecologistas en la segunda vuelta de las legislativas francesas. Esos dirigentes afirmaron que el haber anunciado este gesto antes de la celebración, mañana, de la primera vuelta sólo puede devaluar el voto socialista y revalorizar el ecologista. Los socialistas clausuraron ayer su campaña en un ambiente de profunda depresión colectiva. Ni tan siquiera celebraron el previsto gran mitin final en la Mutualité parisiense.
A 24 horas de la primera ronda de las legislativas, sólo queda por confirmar si el resultado será conforme a las previsiones. La partida estaba jugada antes de que comenzara la campaña. Las últimas semanas no han cambiado de modo significativo la voluntad de una mayoría de franceses de castigar al poder socialista y enviar a la Asamblea Nacional una amplia mayoría de centro derecha. El presidente François Mitterrand tendrá que cohabitar por segunda vez con un Gobierno surgido de la coalición formada por la gaullista Agrupación para la República (RPR) y la centrista Unión para la Democracia Francesa (UDF).La mayoría de los especialistas en comunicación política subrayaban ayer que pocas campañas francesas han sido tan aburridas. "Han sido unas semanas sin emoción ni color", dijo Jacques Seguala, el publicista que contribuyó a las victorias de Mitterrand en 1981 y 1988. Seguala lamentó la ausencia de carteles en las calles, la desaparición de los grandes mítines y la inexistencia de lemas movilizadores.
Dos toques de humor han alegrado el final de la campaña. Uno ha sido las vallas colocadas por un fabricante de camisetas en las que se ve un chimpancé con, alternativamente, los rostros del socialista Rocard, el ecologista Brice Lalonde, el centrista Valéry Giscard d'Estaing y el gaullista Jacques Chirac. El lema de la campaña dice: "Sí a la Francia que ríe". El otro detalle simpático es un anuncio en las estaciones del metro parisiense en el que se ve una foto de la Asamblea Nacional y se lee: "El 21 y el 28 de marzo ustedes cambiarán de cámara; aprovechen la ocasión para cambiar también de cama".
Quizá los árboles de la discreción formal y las pocas dudas sobre los resultados hayan ocultado el bosque de la campaña francesa. En las últimas semanas han ocurrido las siguientes cosas: los socialistas se han hundido hasta el punto de renunciar a hacer campaña; Rocard ha hecho el apostolado de una futura recomposición de la izquierda; los ecologistas se han confirmado como un elemento clave; la derecha ha renunciado al ultraliberalismo de los años ochenta, y la suma de las intenciones de voto de los ecologistas, los ultraderechistas y los comunistas ha revelado que uno de cada de tres franceses no se identifica con los partidos tradicionales.
El Frente Nacional ha fracasado en su intento de conseguir que la inmigración se convirtiera una vez más en uno de los grandes elementos del debate político. El gran tema de la campaña ha sido el paro. Con su idea del reparto del trabajo, retomada por los socialistas, los ecologistas han aportado la única respuesta novedosa a este problema.
Nueva mayoría
Un total de 37,7 millones de franceses deben escoger entre mañana y el próximo 28 de marzo a los 577 diputados de la futura Asamblea Nacional. Los últimos sondeos autorizados otorgaban a la coalición de centro derecha entre 390 y 450 escaños. De confirmarse esta victoria, Mitterrand nombrará a finales de este mes o comienzos del próximo un primer ministro salido de la nueva mayoría. El presidente sólo ha puesto una condición: el primer ministro deberá ser favorable a la construcción europea.
Chirac y Giscard han puesto una segunda condición: el ocupante del Hotel Matignon deberá proceder de la formación mayoritaria en el seno de la coalición de centro derecha. Una de las grandes incógnitas de la votación de mañana es cuál de estas dos fuerzas, RPR o UDF, llegará en primer lugar. Gaullistas y centristas presentan candidaturas únicas en la gran mayoría de las circunscripciones, pero en 70 de ellas cada una de las dos formaciones propone sus propios aspirantes. Estas 70 primarias decidirán cuál tendrá la hegemonía en el futuro Gobierno.
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