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La Orquesta Sinfónica de Sevilla hipoteca el 80% de sus bienes para sobrevivir

La agrupación tiene una deuda de 250 millones de pesetas y está al borde de la bancarrota

La Orquesta Sinfónica de Sevilla, catalogada como una de las mejores del país, tiene el 80% de sus bienes hipotecados. Víctima de los dimes y diretes de la política municipal, la agrupación soporta una deuda creciente de 250 millones de pesetas, que hoy le pone al borde de la bancarrota. De momento, la quiebra está descartada, al incluir el Ayuntamiento en sus presupuestos de esteaño una partida con la cantidad que se debe, pero los componentes de la orquesta, en su mayoría de la Europa del Este, no saben qué hacer con su vida: si echar raíces en Sevilla o irse con la música a otra parte.

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A ver quien paga

La idea de la orquesta surgió con la euforia de la pre-Expo de finales de los ochenta. Entonces, para Sevilla se hacían diariamente una docena de proyectos, muchos sin futuro ni fundamento, como traer el agua desde los Picos de Europa o levantar la torre más alta del mundo y, además, de hielo. Alguien dijo que la ciudad se merecía cuando menos un palacio de la ópera y que eso era imposible sin una buena orquesta.Se hizo. En octubre de 1990 el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía aportaron 12,5 millones de pesetas cada uno, para reunir el capital social de la Sinfónica de Sevilla. Más tarde se comprometieron a poner otros 800, y aquí empieza la historia del agujero: la Junta ingresó su parte, pero el municipio, que gobernaban los socialistas en precario, no cumplió. El PSOE dice que porque no le dejó la oposición (Partido Andalucista y Partido Popular); la oposición, que ahora lidera la alcaldía, acusa a sus predecesores de frivolidad y falta de previsión.

Lo cierto es que desde hace dos años y medio la Orquesta Sinfónica arrastra esta pesada cadena, más los gastos financieros pertinentes (67 millones), hasta alcanzar una situación calamitosa: los créditos bancarios, agotados; los aplazamientos del IRPF y la Seguridad Social, al límite, y el 80% de sus bienes, hipotecados (dos pianos, una celesta, un arpa y la sección de percusión al completo, además de material de oficina). Y lo peor: sirve de pelota en un rifirrafe político.

Pese a este panorama y a que no ha visto otra cosa que números rojos, el gerente y consejero delegado de la Sinfónica, Francisco Senra, jura que nunca pensó arrojar la toalla: "Siempre estuve tan ciegamente convencido de la calidad de la orquesta que me es impensable el cierre". Sin embargo, lo que él llama "sensación asfixiante" le llevó a enviar al delegado de Hacienda del Ayuntamiento, Antonio Fontán, una durísima carta que trascendió a los medios de comunicación.

"Ver las cifras en los periódicos nos preocupó mucho; hay compañeros que no tienen más vida que la orquesta", relata Jorge Temes, contrabajo y presidente del comité de empresa. "Para mí el susto fue menor, porque conocía más de cerca las cuentas, pero el resto pensó que a largo plazo se acababa todo y tendría que marcharse".

Mayoría extranjera

Los músicos de la Sinfódica de Sevilla son en un 75% extranjeros. El origen de la orquesta coincide con la caída de los regímenes del Este, y la incorporación de solistas de los mejores grupos de estos países, lejos de ser un proceso lento y trabajoso, cayó como del cielo y se produjo al aluvión. Los matrimonios compuestos por Iraida Brovzyna y Alexandre Gruzenberg, y Andrei Polianski y Elena Polianskaya, de la orquesta del Bolshoi, aprovecharon una gira por Andalucía para ingresar en la Sinfónica de Sevilla. De los 13 solistas que había, siete se pasaron de golpe y porrazo. Con la de Bucarest ocurrió otro tanto: cuatro de los mejores, de una sola vez.

Ya casi todos hablan castellano y están adaptados a la ciudad, a su clima y a sus gentes. Por eso los rumores de quiebra fueron más que una noticia inquietante. El croata Pre Drag -qué trabaja junto al serbio Sasa Alexis- se sintió especialmente alarmado: todo lo dejó en Zagreb y sólo le queda su trabajo.

Pese a esta situación, la orquesta sevillana se situa, según los expertos, entre las primeras de España. Tiene en su haber más de 150 conciertos y la participación en festivales internacionales de Madrid, Berlín, Wiesbaden, Stuttgart, Viena y Roma. Ya está en el mercado su primer disco, y en mayo grabará el segundo. Ha sido seleccionada por la Red Española de Teatros Públicos y Auditorios como única orquesta española para una gira y para el programa de Ibermúsica: es la primera orquesta española que entra en diez años en este ciclo.

Repasando este currículo, nadie cree que las administraciones públicas dejen que esta baza de prestigio se les escape. Vjekoslav Sutej, su director, lo tiene clarísimo: "La cultura es normalmente cara, pero es carísima cuando no la hay".

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