La moda de los idiomas
Me pregunto por qué una buena parte de los que pronuncian Maíami al referirse a la ciudad de Miami tienen bajos conocimientos de inglés. Indudablemente, nunca se han parado a pensar que es tan absurdo como pronunciar en francés la palabra París en medio de una conversación en español.Es curioso cómo se populariza pronunciar nombres de ciudades en inglés, incluso cuando éstas son alemanas. Oigo pronunciar frecuentemente Miunik o Diusseldorf. Prefiero no hablar de los que pronuncian Texas o México con X. Se ha rechazado, la palabra Mastriche, que existe en español desde antiguo, por la de Maastricht, que suena más exótica.
Siglos atrás, españolizábamos los nombres extranjeros (Estuardo por Stuart, o Antonio por Anton Moor, o el de tantas ciudades extranjeras: Burdeos, Londres, Aquitania, etcétera). Ahora extranjerizamos los nombres españoles, y sería curioso analizar el porqué de este fenómeno. ¿Acabaremos pronunciando Los Ángeles como lo hacen los americanos o haciendo esdrú ula la j
palabra Florida?
Siempre pensé que la palabra Gerona subsistiría en castellano y, sin embargo, en los libros de texto de los niños castellanos seaprende que esa ciudad se llama Girona; ignoro si les enseñan a pronunciar la letra G de esa palabra al modo catalán. También es moda, cuando nos expresamos en castellano, llamar eusquera al vascuence. Puede que sea una forma de enriquecer nuestra lengua, aunque se me permitirá que lo dude.
Pienso que los medios de comunicación son los principales causantes de este fenómeno, y a ellos corresponde rectificar si lo creen conveniente-
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