Un militante antiabortista mata a tiros a un ginecólogo en Florida
Los grupos antiabortistas norteamericanos han iniciado una colecta de dinero para pagar la defensa de su nuevo y siniestro ídolo, Michael Griffin, de 31 años, un miembro de la organización religiosa radical Rescate América, que el miércoles mató a tiros en Pensacola (Florida) a un médico que trabajaba en una clínica autorizada para abortos.
Don Treshman, el director nacional de Rescate América, la organización que lleva el liderazgo de la intensa y cada día más violenta campaña antiabortista, dijo que la muerte del doctor David Gunn, de 47 años, era "un hecho desafortunado, pero que serviría para salvar las vidas de un buen número de bebés".
Este asesinato, cuyo autor se entregó a la policía, es significativo de la violencia de los grupos antiabortistas, que en febrero quemaron un edificio en Tejas, con pérdidas materiales por 100 millones de pesetas.
Antes de cometer el crimen, Michael Griffin había rezado unas oraciones juntos a otros representantes de iglesias locales y de grupos conservadores extremistas frente a la clínica en la que trabajaba David Gunn. Cuando el doctor bajó de su automóvilpara acudir a su trabajo, Griffin se abalanzó sobre él con una pistola y lo dejó muerto en el acto.
Las autoridades buscan relación entre este asesinato y una reciente campaña de amenazas lanzada por Rescate América en contra de los médicos que practican abortos. El fundador de esa organización y su miembro más carismático, Randall Terry, advirtió la pasada semana en un acto en Florida: "Vamos a atacar el débil flanco de los doctores, vamos a ponerlos en evidencia, vamos a humillarlos".
Trabajar bajo amenazas
Las clínicas en las que se practican abortos han reconocido que casi todos los profesionales contratados para practicar la interrupción del embarazo trabajan bajo amenazas y que cada día es más difícil encontrar médicos para esos puestos.
La presidenta de una organización para la planificación familiar, Pamela Maraldo, denunció estas amenazas y expresó su "grave preocupación por la escalada de violencia que afecta a todas las clínicas abortistas del país". La pasada semana, varios enfermeros y empleados de un hospital tuvieron que ser atendidos por problemas respiratorios después de que un grupo antiabortista derramase líquidos venenosos en la clínica, en San Diego, California. Las actividades de las organizaciones en contra del aborto se han hecho más violentas desde la elección de Bill Clinton, partidario de mantener la legislación que protege ese derecho.
Clinton, informa Efe, condenó ayer el asesinato de Gunn y dijo: "No podemos tolerar que los violentos atenten contra los derechos de las mujeres en este país. Debe acabar la violencia contra las clínicas".
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