Abstinencia
Acogiéndome al espíritu de pluralidad y respeto del que EL PAÍS es un vivo ejemplo, quisiera responder a la carta titulada La Iglesia y el preservativo.El Papa no se limita a prohibir el condón como medio para combatir el sida; da también una solución, que es, hoy por hoy, la más segura para evitar el contagio por contacto sexual: la abstinencia y la fidelidad matrimonial. El preservativo reduce, es cierto, el riesgo de contagio, pero no lo elimina. Difundirlo, por tanto, como el remedio para evitar el contagio es una temeridad.
El autor de la carta dice que lo propuesto por el Papa, la castidad, es "antinatural y de Imposible cumplimiento"; yo rebato esa afirmación, y lo hago desde mi testimonio personal y el de miles de jóvenes, casados y solteros, que luchamos por vivir la moral católica en nuestra vida, haciendo de esa lucha una fuente de alegría y paz, fruto de intentar vivir consecuentemente lo que creemos, en este tema que nos ocupa y en otros muchos.
M. S. Capdevila, el autor, puede decir que es difícil, que no está de acuerdo o que no le da la gana de vivir así, es muy libre; lo que no puede afirmar es que es imposible cumplir. Yo tengo 31 años, estoy casado y le digo que es posible. Le hablo de un modo de vida, no de ideas utópicas o de adolescente idealista-