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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Correos

Me pregunto a veces de dónde viene la denominación de Correos y Telégrafos. Lo de Telégrafos lo entiendo, pero lo de Correos... no será por la prisa que se dan. ¿A qué se dedican entonces en Correos?, porque a repartir cartas, desde luego, no. En este pueblo el cartero siempre llama dos veces, como en la novela de James M. Cain, pero dos veces cada mes. Cuando aparecen con la moto Vespa (pues, a pesar de lo que pudiera parecer, van en motos, no en diligencias), sacamos todos los vecinos el palio y la alfombra de recibir personalidades y lo agasajamos con manjares, sonrisas serviles y bonos-descuento para un salón de masajes del centro (sólo por ver si le coge el gusto a venir por aquí y se decide a pasar tres o cuatro veces mensualmente). Pero no cuela. Y resulta descorazonador. El cartero le echa la culpa a sus jefes, y sus jefes, al ministro.El ministro, de momento, no me ha explicado a quién le echa la culpa él. Pero yo le sugiero que, al menos, plantee en el Consejo de Ministros la posibilidad de obsequiamos a todos los contribuyentes con un Master en Señales de Humo. Puede que eso incluso humanizara la única relación epistolar estable que mantengo (a duras penas) con mi Caja de Ahorros. En la estúpida esperanza de que esta carta llegue algún día a su destino, se despide atentamente.

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