La batalla de Joan Guitart

Cartas a Bill Clinton y al Congreso, el apoyo de la Generalitat y de la Embajada de España en Washington, hasta un largo reportaje en la cadena CNN y en los mejores periódicos del país. El catalán Joan Guitart, de 32 años, ha intentado por todos los medios imaginables seguir en Estados Unidos junto a su familia norteamericana, pero la burocracia del Departamento de Emigración mantiene su postura de que este brillante médico de la Universidad de Illinois abandone el país sin sus hijos.Joan Guitart llegó a EE UU hace nueve años para estudiar Medicina en el mismo centro en el que hoy trabaja. Se doctoró en Patología y Dermatología, y rápidamente se convirtió en jefe del laboratorio de dermatología de esa universidad.

En ese cargo, Guitart se tiene que conformar con un sueldo (le cuatro millones de pesetas al año porque fue contratado sin los papeles que tiene que poseer legalmente cualquier extranjero que aspira a trabajar en Estados Unidos. Guitart llegó a Chicago con una beca de estudios y un visado para esa función. Esos visados se conceden con la condición de que, una vez terminados los estudios, el afectado regrese a su país para aplicar los conocimientos adquiridos en Estados Unidos.

El problema, en el caso de Guitart, es que hace dos añosse casó con una norteamericana divorciada y con una hija de dos años y medio. La ley del divorcio del Estado de Illinois obliga a la madre a mantener a su hija en el Estado en el que vive el padre. Es decir, que, si Guitart tuviera que salir de Estados Unidos no podría llevarse consigo a su esposa, Gerta, o ésta tendría que renunciar a la custodia de la niña.

El plazo legal para su salida del país venció en febrero, pero Guitart presentó un recurso ante los tribunales, lo que le da dos o tres meses más de estancia legal en Estados Unidos. Mientras tanto, este joven catalán escribió a Bill Clinton, cuando era presidente electo, quien le sugirió que "presentase el caso ante la agencia federal adecuada después de que asumiese la presidencia". Se puso también en contacto con miembros del Parlamento, algunos de los cuales le contestaron cortésmente, pero sin aportarle soluciones.

En su defensa, Guitart ha conseguido una carta del Gobierno de la Generalitat, firmada por el consejero de Sanidad, Xavier Trias, en la que éste renuncia a contar con los servicios médicos del estudiante formado en Estados Unidos. La Embajada española también ha escrito una declaración en el mismo sentido. La CNN, que entrevistó al ciudadano español en su casa de Chicago, ha hecho por su cuenta una gestión ante el Departamento de Emigración, y el diario Chicago Tribune, el más influyente periódico del Medio Oeste, se ha ocupado ampliamente de este caso. Pero hasta el momento no hay ninguna respuesta.

"Yo lo que quiero es mantener unida la familia, y que los de Emigración se den cuenta de que, si me tengo que ir de Estados Unidos, me obligan a vivir para siempre separado de mi mujer y mis hijos", afirma el médico catalán, quien tiene otro niño de cuatro meses con Gerta.

El abogado de esta familia, Scott Cooper, asegura que "ellos respetan las leyes, pero no pueden entender que el Gobierno norteamericano sea capaz de dividir a una familia en estas circunstancias".