México niega su responsabilidad en el secuestro del español López Reyero por el FBI

, El Gobierno mexicano negó ayer cualquier responsabilidad en el secuestro por parte del FBI, la policía federal norteamericana, del ciudadano español Enrique López Reyero al señalar que esta persona, prófuga de la justicia de EE UU, abandonó el pasado 9 de febrero México en calidad de expulsado a España. Sin embargo, López Reyero fue devuelto a la fuerza a EE UU con la colaboración de la policía mexicana en un vuelo de una compañía estadounidense rumbo a Miami. En el asiento contiguo al suyo le aguardaba un agente del FBI. Ahora está encarcelado en Nueva York.

Ésta es la historia de cómo EE UU captura a un prófugo cuya extradición negó México, pero también la de un joven barcelonés de 26 años, reclamado por estafar cuatro millones de pesetas a la agencia de viajes de Nueva York donde trabajaba, que fue engañado y terminó no en España, como inicialmente le hicieron creer sus guardianes mexicanos, sino atado a los grilletes de un agente del FBI en un avión de American Airlines rumbo a Miami.Lo sucedido se asemeja al caso que sufrió el médico de la ciudad mexicana de Guadalajara Humberto Álvarez Machaín, secuestrado por la DEA hace tres años en México y hoy en casa porque nunca pudo ser probado el delito por el que se le acusó: colaboración en el asesinato de un agente de la DEA en México.

Sin embargo, esa suerte no le ha correspondido a López Reyero, pese a que todo ocurrió en el mismo país y de la misma manera a como se fraguó aquella confabulación entre policías locales y de EE UU. Policías estos últimos, de la DEA o del FBI, que desde el 15 de junio de 1992 se encuentran facultados por el Tribunal Supremo de su país para actuar fuera de sus fronteras.

Extradición denegada

López Reyero llegó a México el pasado verano huyendo de la policía norteamericana. A los pocos días fue localizado en un hotel de la capital y detenido por miembros de la Policía Judicial mexicana según una orden de busca y captura cursada por Interpol. Se le ingresó en un centro penitenciario. Mientras tanto, EE UU tramitaba su extradición solicitada el 29 de agosto de 1992.El 13 de enero la Secretaría de Exteriores de México denegó la extradición "por improcedente", según reveló el jueves un portavoz de la cancillería. No había motivo de encarcelación y pasó a un albergue de la Secretaría de Gobernación, siempre bajo arresto, como paso previo a su expulsión hacia España.

El 9 de febrero sus guardianes le comunicaron que iba finalmente a ser devuelto a España. Un hermano suyo que se encontraba en México se precipitó a comprarle el pasaje de avión para ese mismo día, en un vuelo sin escalas a Madrid, de Iberia, que salía a las 23.45. Pero cuando acudió al albergue, López Reyero ya no estaba.

Había sido trasladado al aeropuerto e introducido en el vuelo 949 de American Airlines, con salida a las 17.40 y destino a Miami. Eso sí: las autoridades migratorias de México le proporcionaron un billete de avión que incluía ese trayecto y una conexión posterior con Madrid, pero para las 18.40 del día siguiente y en el vuelo 68 de la misma compañía.

A partir de ese momento viene la versión oficial mexicana, difundida en la noche del jueves por la Secretaría de Gobernación. Antes se supo de fuentes próximas al caso, que la entrada de López Reyero en el avión fue casi a empujones y que ya dentro se encontró esperándole al FBI, que le impidió continuar viaje a Madrid.

La nota de Gobernación no menciona estas circunstancias. Sí, en cambio, reconoce que, dado que este ciudadano español era residente en EE UU, lo normal hubiera sido deportarlo hacia ese país, lo que en ningún modo se hizo. México guarda una copia del billete de avión que demuestra la intención de enviarlo a Madrid. Lo que pudiera pasar ya en el avión, concluye la nota, no es responsabilidad del Gobierno de México.

Versión norteamericana

Un portavoz del FBI en Florida consideró lógico que López Reyero no fuese expulsado a España sino a EE UU porque era residente en este último país, informa Claudia Bacca desde Miami. Señaló que la orden de búsqueda y captura le imputa el traslado entre Estados norteamericanos de un dinero robado que puede ascender hasta 100.000 dólares (11,8 millones de pesetas). El FBI recogió en Miami al expulsado que, tras una breve estancia en una cárcel de Florida, fue trasladado a Nueva York.