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Tribuna
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Falsa creencia

El pasado domingo, esta sección se ocupaba de un caso concreto en el que se vulneraban las normas establecidas en el Libro de estilo acerca del empleo de fotografías de archivo. En el mismo periódico, páginas más adelante, se cometía parecida infracción. ¿Hay redactores que han olvidado el precepto establecido?La regla es clara, y su cumplimiento no parece que exija un esfuerzo especial. Dice así: "Debe extremarse el cuidado con la publicación de fotos de archivo utilizadas como simple ilustración de contenidos de actualidad. Los redactores han de velar por que tal inserción de ilustraciones, al ser extraídas del entorno en que fueron tomadas, no dañe la imagen de: las personas que aparezcan en ellas. En cualquier caso, debe expresarse en el pie a qué fecha y situación corresponde la. fotografía".

Ni uno solo de los puntos de esta ordenanza se ha tenido en cuenta al publicar la foto del vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, que ilustraba el reportaje titulado El león herido (domingo 21 de febrero, página 22). Llevaba este pie: "Luis Yáñez trata de retirar a Alfonso Guerra ante la presencia, en Sevilla, de una pintada en contra del número dos del PSOE". En efecto, la imagen muestra a Yáñez tomando del brazo a Guerra en actitud de apartarle de una tapia en la, que se lee, en grandes caracteres, "guerra, no". Pero...

La fotografía, que estaba en el archivo, data de 1991, cuando la campaña electoral de las elecciones autonómicas en Andalucía. Se publicó en EL PAÍS exactamente el 21 de: mayo de aquel año, en dos modalidades: como fotonoticia (sólo en la edición de Andalucía) y como ilustración -con un corto pie- de una crónica. En ambos casos los textos especificaban sin lugar a dudas que la pintada mencionada se refería a la guerra del golfo Pérsico. No era, pues, una pintada contra Alfonso Guerra, como indebida mente contaba el pie de la publicada el pasado dorningo.

¿Qué ocurrió para que ninguna de las advertencias que señala el Libro hayan sido tenidas en cuenta?

"El redactor que editó la información", explican en la sección de España, donde apareció publicada, "creyó que la fotografía correspondía a un mitin anterior del vicesecretario general del PSOE y que la pintada se refería a él, sobre todo porque Yáñez trataba de apartar a Guerra para que no fuera fotografiado junto a la misma". Falsa creencia, o precipitada deducción, que ha conducido a una evidente metedura de pata que daña la imagen de Alfonso Guerra.

El editor del trabajo admite que debió llamar a la delegación del periódico en Sevilla, de donde procedía la foto, y hacer la comprobación oportuna. Agrega -¿en su descargo?que, "una vez más, la urgencia del cierre motivó el error".

La mayoría de los periodistas que se dedican a la tarea de edición tienen una regla casi de oro: desconfiar de todo dato que no tengan comprobado. En el original de la fotografía figuraba claramente la fecha en que se tomó (20 de mayo de 1991), aún humeante la guerra del Golfo. Un simple vistazo a la colección del periódico habría descubierto que la tal pintada nada tenía que ver contra Alfonso Guerra.

El periodista José Juan Picos, ahora enfrascado en terminar la tesis doctoral de su carrera, lector asiduo de EL PAÍS y con manifiesta buena memoria, ha descubierto este fallo.

Frases textuales

"Los titulares responden fielmente a la información ( ... ) y jamás establecen conclusiones que no figuren en el texto", manda el Libro de estilo. No siempre se cumple esta norma. Caso reciente que un lector, que pide guardar el anonimato, señala al Ombudsman: la titulación de la entrevista con el comisario de Economía de la CE, Herming Christophersen (17 de febrero), decía: España estará en la primera velocidad de la Unión Económica y Monetaria (UEM). La frase, que aparecía entrecomillada, se atribuía al entrevistado y, sin embargo, no figura en el texto en esos términos. Lo que dijo Christophersen fue exactamente esto: "Cuando se me ha preguntado sobre España he dicho siempre que pienso que es uno de los países que pueden participar y formar parte de la UEM al principio de la tercera fase".

Los expertos analistas pueden tal vez interpretar estas palabras en el sentido recogido en el titular, pero, además de resultar una conclusión que no figura en el texto, no se corresponde con la literalidad de lo dicho &r el entrevistado. Las comillas, señala también el Libro, deben emplearse sólo para encerrar frases reproducidas textualmente.

El teléfono directo del Ombudsman es 3042848.

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