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El sumario contra el financiero italiano Gardini amenaza con abrir el mayor escándalo de corrupción

La Magistratura de Milán anunció ayer la apertura de¡ primer sumario contra el financiero Raúl Gardini por la presunta sobrevaloración de los activos aportados por Montedison en su fusión fallida con En¡chem, la empresa química del grupo petrolero estatal italiano, ENI. El sumario marca el primer hito de una serie de investigaciones que buscan en aquella operación, anunciada en su día como clave para el futuro industrial italiano, la presunta fuente individual más importante de financiación ¡lícita de la política descubierta hasta ahora por los investigadores de la trama de corrupción conocida como Tangentópolis.

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La fiscalía de Milán ha emitido una orden de arresto contra Giuseppe Garofano, de 49 años, antiguo presidente de Montedison, actual consejero del grupo Ferruzzi y vicepresidente de la sociedad financiera Ferfin. Su orden de detención coincide con la apertura de un primer sumario contra el financiero Raúl Gardini, antiguo presidente de Ferruzzi y Montedison. Garofano es conocido en Italia como El cardenal, por su buenas relaciones en la Democracia Cristiana, en los medios católicos en general y en el Opus De¡ en particular, organización al que se le considera próximo.Tanto Gardini como Cragnoti y Cagliari han reconocido ahora ante el juez que, al disolverse Enichem, la estatal En¡ pagó a Montedison entre 300.000 y 600.000 millones de liras más de los debidos. Es ahí donde los magistrados buscan la tangente del siglo. Giuseppe Garofano, presidente de Montedison cuando se disolvió la fusión con Enichem y hasta que dimitió, en diciembre, cuando quedó como asesor de Ferruzzi, se encuentra en paradero desconocido desde hace tres semanas.

Junto a Raúl Gardini, están siendo formalmente investigados por diversos aspectos del mismo caso Sergio Cragnotti, banquero, presidente del club de fútbol Lazio y ex consejero delegado de Enimont, la efímera empresa resultante de la fusión citada; Lorenzo Necci, ex presidente de la misma sociedad; y el socialista Gabriele Cagliari, ex presidente del En¡. Presuntamente relacionado con la desaparición de documentos relativos a Enimont estaba Sergío Castellar¡, un alto funcionario que fue encontrado muerto el pasado jueves. Los indicios apuntan a un suicidio.

Los sumarios abiertos hasta ahora apuntan simplemente a un presunto delito económico, pero los jueces de Milán investigan comisiones multimillonarias para la Democracia Cristiana (DC) y el Partido Socialista Italiano (PSI) derivadas de la operación Enichem durante los aproximadamente tres años de vida que tuvo. Ésa es la razón alegada por los magistrados para reclamar -y obtener en dura lid- la jurisdicción sobre un caso iniciado en un principio por los magistrados romanos.

Enzio Carra, ex portavoz del antiguo secretario de la Democracia Cristiana, Arnaldo Forlani, lleva más de una semana en la cárcel porque los jueces le acusan de mentir cuando niega haber dicho en su día, a un compañero de partido, que la DC percibió unos 5.000 millones de liras (más de 350 millones de pesetas) derivadas de la constitución de Enimont.

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Pero el intento de fusión entre Enichem y Montedison fue mucho más que eso. En síntesis, tuvo este desarrollo: en 1986, Raúl Gardini, entonces líder del grupo Ferruzzi, el segundo privado italiano, centrado en la alimentación, se hizo con el control de la química Montedison. Una de las primeras operaciones realizadas por Gardini desde su nueva plataforma fue la compra de la empresa española Antibióticos a Juan Abelló y Mario Conde.

El "tiburón" Gardini

En 1988, Gardini firmó el acuerdo de constitución de Enimont con el socialista Franco Reviglio, entonces presidente del ENI y hoy ministro de Finanzas, sobre la base paritaria de un 40% para cada socio y la flotación en bolsa del 20% restante del capital. Gardini se mostró pronto conflictivo, porque el Gobierno no concedió a Montedison beneficios fiscales prometidos por la fusión y en relación a los cuáles ahora se investigan presuntas comisiones para los partidos.

En 1990, el conflicto se hizo abierto, al descubrirse que, a través de amigos, Gardini se había hecho en bolsa con buena parte del 20% de Enimont, y que se disponía a controlar el grupo. Se lo impidió la DIC y, en último término, el entonces primer ministro, Glulio Andreotti. Las relaciones políticas del grupo Ferruzzi salieron muy mal paradas de la aventura y Gardini, casado con Idina Ferruzzi, fue finalmente despedido por sus cuñados.

[Por otra parte, Francesco Paolo Mattioli, director financiero de FIAT y Antonio Mosconi, presidente de Seguros Toro, del grupo Fiat, siguen encarcelados por orden de los jueces. En este sentido, el abogado de Mattioli, Vittorio Chiusano, ha hecho público un comunicado en el que asegura que el procedimiento legal aplicado contra su defendido se ha basado, a su juicio, en un único elemento: las declaraciones de un testigo, las cuales se han divulgado a través de la prensa, lo que le parece ¡legal. Según Chiusano, el testigo ha modificado en los últimos días sus primeras declaraciones, por lo que considera "desvanecido" el único indicio contra su defendido.]

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