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Renuncia de un político, detención de un financiero y suicidio de un funcionario

Junto a la dimisión del secretario del Partido Republicano Italiano (PRI), Giorgio La Malfa, -el segundo político de su nivel que debe recurrir a ese gesto extremo tras el ex líder socialista Bettino Craxi- destacaban en las noticias de ayer la detención del financiero Gianpiero Pesentí, uno de los empresarios italianos más conocidos en el mundo económico, y la confirmación del suicidio de un alto funcionario relacionado con el caso Enimont, referido a las irregularidades encontradas en la disolución de la sociedad mixta creada por el grupo industrial público ENI y el químico privado Montedison.La Malfa, aun siendo el líder de un partido con poco más del 3% de los votos, es un apellido que pertenece al gotha de la política italiana, ya que el PRI estuvo casi ininterrumpidamente en el Gobierno desde 1948. Fue el secretario dimitido ayer quien, tras heredar el partido de su padre, Ugo, el fundador, pasó a la oposición en abril de 1991, concurriendo a las elecciones de un año después con el lema de El partido de los honestos. El tropiezo de: ayer representa un grave obstáculo para que La Malfa puedaseguir presentándose como uno de los jóvenes renovadores del sistema desde dentro.

Giaripiero Pesenti es la élite misma de las finanzas italianas. Presidente de Italmmobiliare y de la financiera Gemina, controlada por la familia Agnelli, sufre arresto domiciliario por pagar presuntamente más de 1.000 millones,. de pesetas a la DC y al PSI, en relación con contratos de construcción para la empresa eléctrica estatal, Enel. Otros contratos de esta empresa salpicaron ya gravemente al PRI.

El suicidio de Sergio Castellari, de 60 años, ex director general del Ministerio de Participaciones Estatales, demuestra, en cambio, cómo Tangentópolis es tema tanto de crónica política como de sucesos. El funcionario, que debía ser interrogado sobre la desaparición de documentos relacionados con la importante operación Enimont, fue hallado ayer, tras seis días de ausencia, en un campo en las inmediaciones de Roma. Una pistola montada y una botella de whisky medio vacía acompañaban al cadáver, que tardó en ser identificado, porque las alimañas lo habían devorado parcialmente. Castellari es el séptimo suicida de Tangentópolis.

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