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La EMT experimentará por primera vez en España con un autobús movido por gas natural

Javier Casqueiro

El manto verde se extiende. Valladolid firmó la semana pasada un acuerdo con Repsol Butano para emplear gas licuado de petróleo (GLP) en los 100 autobuses de su flota. En mayo funcionarán por sus calles 20 unidades. Madrid ha optado por experimentar por primera vez en España con un combustible alternativo, menos contaminante, pero de más incomoda aplicación por su peso y por el espacio que ocupa: el gas natural comprimido (GNC). Gas Natural, Ive co-Pegaso y el Consorcio Regional de Transportes suscribieron ayer un convenio para desarrollar un prototipo de ecobús diseñado especialmente para la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid, que estará listo en septiembre.

Fiat, la multinacional del sector del automóvil propietaria de la firma Iveco-Pegaso, ha puesto en servicio autobuses para el transporte público movidos por gas natural en varias ciudades italianas, europeas y latinoamericanas. En el mundo hay ya 750.000 vehículos que utilizan este combustible en 50 países.El Consorcio de Transportes lleva varios años recibiendo ofertas para aplicar en Madrid prototipos de transportes públicos novedosos. Algo similar ha sucedido con los diversos suministradores de combustible. Ninguna de estas sugerencias ha fructificado porque los interesados, a la hora de la verdad, no se decidían a firmar sus pretensiones en un papel con compromisos económicos.

Esta indefinición pasó ayer a mejor vida gracias a un proyecto incluido dentro del programa Thermie, de la Comunidad Europea, que lo subvenciona con el 30% de su presupuesto de seis millones de ecus (840 millones de pesetas).

Laboratorio sobre ruedas

El Consorcio de Transportes, con la colaboración de Iveco-Pegaso, que creará un autobús para la EMT, y de Gas Natural, que se encargará de suministrar el combustible y de montar la estación de GNC en la cochera de Fuencarral, dispondrá de su primer ecobús en septiembre. El vehículo servirá de laboratorio luego durante un año en varias líneas, donde se le someterá a pruebas de resistencia, velocidad,. capacidad y contaminación.La ventaja del gas natural comprimido (GNC) tanto sobre el gasóleo como sobre otros combustibles alternativos es que es menos contaminante. Menos incluso que el gas licuado de petróleo. Como carburante, sus niveles de monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, partículas e hidrocarburos inquemados son inferiores a los de los combustibles convencionales y están por debajo de los límites marcados por las directivas comunitarias. Además abunda: las reservas mundiales de GNC en 1991 se calcularon en más de 132 billones de metros cúbicos y continúan descubriéndose nuevos yacimientos.,

Los responsables de Gas Natural apuestan también por su seguridad y por la reducción notable de los ruidos. La combustión más homogénea del GNC respecto al gasóleo elimina vibraciones, y los 88 decibelios que emiten los autobuses en el exterior y los 85 en el interior se rebajan 10 puntos.

En el gas natural no todo son ventajas, y los gerentes del Consorcio de Transportes lo saben. El GLP es líquido, pesa menos y es más fácilmente acoplable, pero procede del petróleo. Un autobús propulsado con GNC como el que se usará en Madrid, de unos 25 metros de longitud, pesará 1.000 kilos más porque deberá disponer de un depósito -en este caso, en el techo- con capacidad para 450 litros y, por tanto, se desplazará con más lentitud.

El problema de la velocidad, en Madrid, no es grave. Sólo en algunas líneas se supera de promedio los 20 kilómetros por hora. El beneficio neto se encuentra en diversificar el consumo de los combustibles tradicionales. Un autobús de la EMT gasta 140 litros cada 100 kilómetros, y la flota -1.800 autocares con pretensiones de aumentar a 2.000- realiza 90 millones de kilómetros al año. Otro inconveniente es el de repostar. El GNC se insufla a presión lentamente, y un autobús de la EMT tendría que estar toda la noche conectado a una manguera para ofrecer durante el día una autonomía de 400 kilómetros.

Responsables de Iveco, Gas Natural y del Consorcio de Transportes reclamaron beneficios fiscales para fomentar en las empresas iniciativas medioambientales.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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