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Clinton se lanza a la calle para explicar su plan económico a los ciudadanos

Antonio Caño

El Calendario dice que estamos en el último tercio de febrero, pero en Washington tenemos la sensación de encontrarnos a finales de octubre, en el punto más álgido de la última campaña electoral. El presidente Bill Clinton ha recurrido al mismo estilo de aquellos días para defender ahora su programa de transformaciones económicas, en lo que la oposición llama "la mayor campana propagandística de la historia norteamericana".

Clinton participó ayer en una asamblea abierta con estudiantes de Chillicothe (Ohio) y, más tarde, en otro acto multitudinario en Hyde Park, la ciudad natal de Franklin Roosevelt, en el Estado de Nueva York. El mensaje del presidente, una vez más en el mejor estilo kennedyano, apeló al patriotismo y a la responsabilidad de todos para conseguir un futuro mejor.

El pueblo norteamericano está conociendo de boca del propio presidente cada uno de los detalles de su ambicioso plan económico y miles de personas han tenido hasta ahora -y tendrán en los próximos días- la oportunidad de interrogar en directo al presidente sobre sus principales preocupaciones.

Agrio debate sobre el aborto

A veces, el debate deriva a asuntos no estrictamente económicos. Como ayer en Chillicothe, donde Clinton se vio inmerso en una áspera discusión sobre el aborto con un joven que opinaba que a las mujeres abortistas habría que condenarlas como asesinos en primer grado."Al menos tienes una posición consistente. Pero este es un conflicto moral muy profundo sobre el que los propios cristianos tienen diferencias", contestó el presidente, mientras el estudiante que le preguntaba sonreía abiertamente.

"Ríete si quieres con toda esa autosuficiencia, jovencito", insistió Clinton, "pero hay muchos cristianos que están en desacuerdo contigo. La razón por la que yo apoyo la sentencia Roe versus Wade (la decisión del Tribunal Supremo que legalizó la práctica del aborto) es porque creo que el Gobierno de este país no puede emprender acciones criminales contra algo sobre lo que incluso los teólogos no consiguen ponerse de acuerdo".

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Fue una situación muy violenta en la que la audiencia intervino con un largo aplauso y que Clinton trató de salvar elogiando la valentía del muchacho que le había hecho la pregunta: "Yo quiero que la gente me pregunte las cosas más duras que se le ocurran. Estoy seguro de que no ha sido fácil para ese jóven levantarse y hacerme una pregunta así sobre el aborto sabiendo que yo tenía una postura diferente a la suya. Estoy orgulloso de él por lo que hizo".

Aunque el Partido Republicano se ha quejado de estos métodos populistas y ha advertido que las asambleas no pueden sustituir a la acción de Gobierno, ni a la labor de debate del Congreso, Bill Clinton tiene previsto continuar su gira mañana por California y otros Estados del Este.

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