La OLP pide que España interceda en la ONU sobre los palestinos deportados
El jefe del departamento político de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Faruk Kadumi, pidió ayer al ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, que la diplomacia española se esfuerce por evitar que la ONU entierre el caso de los cerca de 400 palestinos deportados por Israel al sur de Líbano desde hace más de dos meses.
El presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, el marroquí Ahmed Snusi, hizo el 12 de febrero una declaración con la que Israel y, en menor medida, Estados Unidos, dan por zanjado el problema de los palestinos expulsados, que impide la reanudación de las negociaciones de paz.
El embajador de Marruecos afirmó entonces que al declararse dispuesto a readmitir a 101 deportados el Estado israelí había dado "un paso en la dirección correcta", y a renglón seguido pidió al Gobierno de Isaac Rabin que repatriase "cuanto antes" a los otros 300. Isaac Rabin ha reducido a un año el periodo de destierro.
Solana se desmarcó claramente de la interpretación israelí y norteamericana de la declaración de Snusi y afirmó que aunque la iniciativa de Rabin "es un paso positivo, no es suficiente".
El jefe de la diplomacia española insistió en la necesidad de aplicar íntegramente la resolución número 799 del Consejo de Seguridad, aprobada aún en tiempos de la Administración de Bush, que exige a Israel que permita la vuelta a casa de todos los deportados.
Viaje relámpago
Faruk Kadumi, que ejerce como ministro de Asuntos Exteriores de la Organización para la Liberación de Palestina, hizo desde Túnez un viaje relámpago a Madrid para pedir a un país que, según sus propias palabras, "es en Europa uno de los que más simpatías tiene por nuestra causa", que tome iniciativas en el máximo órgano de la organización de Naciones Unidas para que se cumpla la resolución 799.El representante de la Organización para la Liberación de Palestina insistió especialmente ante su anfitrión español, el ministro Javier Solana, en que los palestinos no acudirán a la mesa de negociación con, Israel mientras no se resuelva de forma satisfactoria el problema de los deportados, de los cuales casi ninguno es simpatizante de la organización que encabeza Yasir Arafat, sino que apoyan más bien a grupos radicales islámicos como Hamás o Yihad Islámica.
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