Palabras inoportunas
Muchas han sido las opiniones que se han vertido acerca del funcionamiento del sistema judicial español en los últimos días a raíz del crimen de Alcásser. Las del señor ministro del Interior han sido las más atrevidas y menos reflexionadas si atendemos a quien las ha pronunciado. Según el señor Corcuera, no habría nada mejor que controlar el poder judicial mediante una acción tutelante ejercitada por el poder ejecutivo. Como bien decía Einstein, señor ministro, "no todo lo claro es obvio". Su reflexión no se acomoda al texto constitucional cuando dice que los jueces administran justicia con sumisión únicamente a la ley. Si la ley no ha sido bien redactada por el Parlamento, ello no le puede llevar a cargar culpas sobre el sistemajudicial, el cual aplica aquello que, en su momento, aprueba el legislador.Creo que es un error conceder facultades Judiciales en la concesión de permisos a un órgano administrativo como el de la Dirección General de Asuntos Penitenciarios, cuando ésta, en todo caso, debería auxiliar la decisión del juez de vigilancia penitenciaria. Con su planteamiento global, señor Corcuera, nos dirigimos hacia una Administración totalitaria más propia de otro tipo de Estado que no del de derecho.
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La conclusión que puedo entrever de sus manifestaciones es más de carácter político que no judicial como se quiere hacer ver. El PSOE está siendo sometido a la acción judicial por presuntos casos de corrupción con el consiguiente perjuicio electoral que ello conlleva para ustedes en los próximos comicios generales. Ello les provoca una postura de pataleo frente al poder judicial y cuando han podido han aprovechado la más mínima oportunidad para descargar responsabilidades habidas y por haber, aunque, ciertamente, no vinieran al caso. La táctica del avestruz, señor Corcuera, no es la más idónea en estos supuestos.-
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