El Gobierno hará campaña para que las clases medias acepten la reforma

Bill Clinton y todo su Gobierno emprenden desde hoy una ofensiva de imagen para convencer al país de las cualidades del ambicioso programa de reformas políticas anunciado ayer ante el Parlamento.Viajarán por varios Estados del país en busca del apoyo de las clases medias, a las que explicarán que las subidas de impuestos reclamadas por la Administración se verán compensadas por una notable mejoría de las condiciones de vida de la mayoría de la población.

El presidente demócrata, consciente de que se juega una buena porción de su prestigio en esta iniciativa, apelará al sentido patriótico de los ciudadanos norteamericanos para aportar su sacrificio en beneficio de la revolución económica que el Gobierno propone.

El apoyo de la opinión pública es fundamental para que el presidente consiga sacar adelante su proyecto. Pero Clinton tiene que hablar, además, en otras dos direcciones: el Parlamento y el mundo financiero y empresarial.

En el Congreso, la minoría republicana prepara un fuerte ataque en contra del programa económico de la Administración, al que acusa de ser inflacionario, de incrementar desproporcionadamente el gasto público y de contribuir al crecimiento del déficit, más que a su reducción. En cuanto al ambiente financiero, el índice Dow Jones aumentó ayer 2,70 puntos, tras la brusca caída del martes, pero se mantiene el ambiente de hostilidad hacia los planes de la Casa Blanca.

Existe una gran expectación por conocer el comportamiento de los mercados hoy, una vez se sepan todos los detalles del programa presidencial, pero la mayoría de los expertos recogían ayer una cierta decepción de los inversores con las iniciativas económicas de Clinton. "Hasta ahora todos creían que estaban tratando con un republicano con traje de demócrata, pero, de repente, se han dado cuenta de que están frente a un verdadero demócrata", comentó un ejecutivo de una importante financiera.