Los laboristas hacen peligrar la aprobación británica de Maastricht
Los conservadores euroescépticos británicos sentían ayer a su alcance la victoria final sobre el Tratado de Maastricht: con su voto a favor de la enmienda 27, que apoyan laboristas y liberal-demócratas, podrían derrotar al Gobierno. Y hundir el tratado. El líder laborista, John Smith, afirmó que la enmienda 27 (que reclama que el Reino Unido acepte el del Capítulo Social del acuerdo) "no acabará con el tratado". Pero Gobierno y euroescépticos creen que sí. La batalla de la enmienda 27, para la que aún faltan varias semanas dada la lentitud de los debates, será crucial para Maastricht.John Smith publicó ayer un artículo en el periódico londinense The Times en el que defendía la inclusión del Capítulo Social en el tratado firmado por el Reino Unido. El primer ministro, John Major, dejó a los británicos al margen de la normativa socio laboral comunitaria en la cumbre de Maastricht. "La enmienda sobre el Capítulo Social, que recoge normas básicas para a protección de los trabajadores, no hundirá el tratado", escribió ayer el líder laborista, prediciendo que los restantes países comunitarios "aceptarían sin problemas el retoque".
Las cosas, sin embargo, no resultan tan simples desde un punto de vista jurídico. Si los británicos modificaran el tratado, cosa que ocurriría si se aprobara la enmienda 27, todas las ratificaciones efectuadas hasta ahora quedarían técnicamente invalidadas, según distintos especialistas británicos.
'Tories' rebeldes
Norman Tebbit, ex presidente del Partido Conservador y significado enemigo de Maastricht, afirmó que "la adopción británica del Capítulo Social hundiría el tratado. John Smith no entiende el tratado, ni las implicaciones de su propia enmienda, ni las consecuencias del apoyo de los tories rebeldes a dicha enmienda". Con una mayoría de sólo 11 escaños, el Gobierno sufriría una derrota segura si los 30 diputados del núcleo de euroescépticos irreductibles votaran a favor de la oposición.
Fuentes gubernamentales calificaron de "cínica" la maniobra de los euroescépticos al apoyar "un Capítulo Social que odian, con tal de acabar con Maastrich".
Los laboristas, sin embargo, insistían en que su enmienda no entrañaba ningún peligro. "Si nuestra enmienda sale adelante, nuestros colegas en Europa la aceptarán también, porque situará al Reino Unido en línea con lo que todos consideran la posición sensata", explicó el portavoz de Asuntos Exteriores, George Robertson.
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