La perpendicular del toreo
Santiago / Silveti, Zotoluco, Glison; Covalles
Seis toros de Santiago (uno para rejoneo), terciados y manejables, y uno de San Martín, con trapío. David Silveti: pitos; bronca. El Zotoluco: ovación y salida al tercio; vuelta. El Glison: ovación y también protestas cuando saluda; pitos. El rejoneador Luis Covalles: palmas.
Monumental Plaza de México, 7 de febrero. Tres cuartos de entrada.
Sobre si los matadores torean en la correcta línea perpendicular recordamos que el escritor y torero retirado, Juan Posada, apunta: "Un diestro tiene dominio sobre el animal cuando se sitúa en la perpendicular respecto al morrillo del toro, que es su eje. Es decir, entre los dos pitones. Terreno peligroso, sí. Pero el único lugar que, aunque siendo arriesgado, es respetado por el bovino, si no se le fuerza y se descuadra al iniciar el embroque". Pues así, de esta manera, toreó El Zotoluco.Es la revelación de la temporada El Zotoluco. En el segundo toro, que era aplomado, se situó en la perpendicular del morrillo y le desarrolló un trasteo estrujante. Lo toreó con emoción, estética y armonía. Al codicioso quinto, lo metió con oficio en el. engaño y así el animal rompió y mostró su noble bravura, a la que correspondió instrumentándole una faena variada de mucha esencia. Perdió las orejas en ambos toros por no hacer la cruz.
El Glison desaprovechó su inclusión en un cartel de lujo. No entendió al noble tercero, y al que cerró plaza le hizo un burdo trabajo encimista, con valor inconsciente.
Al primer toro, Silveti lo muleteó pausadamente, y al tardo cuarto, con tersura.
Luis Covalles rejoneó con destreza un codicioso novillo.
Babelia
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