Incoherencias militares

El orden bipolar del mundo procedente de la guerra fría ha dejado su puesto a una dispersión de las amenazas que apuntan en todas las direcciones. ( ... )Ésta es la valoración del estado del planeta en 1993 que aportan los responsables militares occidentales, y, por eso, cada país, atenazado por sus propias dificultades económicas, reacciona como puede, sin mucha coherencia entre la constatación y los remedios. Por un lado, el nuevo papel de la ONU exige a sus miembros medios adicionales para intervenir en más escenarios de operaciones y, por otra parte, la mayoría de las potencias que deberían facilitar los medios militares para sus actividades (mantenimiento de la paz y acción humanitaria) reducen sus fuerzas.

Frente a una demanda creciente de la ONU, con un despliegue ( ... ) de 60.000 cascos azules para 13 misiones diferentes y que necesita renovar sus fuerzas cada seis meses, los países contribuyentes conciben políticas militares a las que les falta cierta lógica. Frente a riesgos reales, más numerosos -como atestigua la difícil recomposición del paisaje estratégico en el antiguo imperio soviético, la proliferación de armas de destrucción masiva, la miseria o la derrota de la democracia en algunos países del Tercer Mundo-, el contingente de defensa de los Estados desarrollados tiene bastantes dificultades para adaptarse al contexto nebuloso, ambiguo e inestable de la crisis mundial.

5 de febrero