Descubiertas nuevas facturas que elevan a 1.100 millones las sumas cobradas por Filesa
Los informes desaparecidos o destruidos de Filesa y Time Export proporcionaron a estas dos sociedades más de 1.100 millones de pesetas entre los años 1989 y 1991, lo cual supera ampliamente la hipótesis de 600 a 700 millones con que se iniciaron las investigaciones del juez Marino Barbero en las diligencias que afectan a los parlamentarios socialistas Carlos Navarro y Josep María Sala y a los administradores de Filesa. La nueva lista de clientes de esta empresa tiene en común con la anterior que, salvo excepciones, tampoco aparecen los documentos que justificarían los servicios prestados.
El secretario general del Banco Bilbao Vizcaya, Luis Segimón, está citado a declarar hoy ante el juez. Dicha entidad pagó directamente al grupo Filesa 128,8 millones de pesetas por estudios que no ha encóntra o, atribuyendo la eventual responsabilidad de los mismos al fallecido Pedro de Toledo, que presidía el Banco de Vizcaya antes de la fusión con el de Bilbao. Además, una de las oficinas madrileñas del BBV abonó otros 104 millones de pesetas a un cliente de Filesa, con cargo a una cuenta en la que Filesa carecía de saldo.También está citado hoy a declarar el director de la asesoría jurídica del Banco Central Hispanoamericano, quien previamente ha, comunicado al juez, por escrito, la imposibilidad de encontrar los documentos que puedan justificar el pago de 204 millones de pesetas. Una parte de este dinero fue a parar a Filesa, y el resto a Time Export.
En días sucesivos están llamados a declarar otros 15 clientes de Filesa. Algunos de ellos son los mismos que se conocen desde el principio de las investigaciones judiciales -Focsa, Cepsa, Enasa, ABB, Pryca-, mientras otros han aparecido a lo largo de las indagaciones.
Este es el caso de un grupo de empresas denominadas Tema, Noxman, Tecnoholding e Internacional de Montajes Metálicos. A través de ellas han circulado hacia Filesa 67 millones de pesetas, distribuidos en varias entregas. Las facturas de Tema y Tecnoholding están motivadas por asesoramiento y valoraciones diversas sobre instalaciones de las empresas petroleras Cepsa -buen cliente de la propia Filesa- y de Repsol, aunque también hay otras relacionadas con encargos del Gobierno vasco y contratos con la firma de Tarragona Erkimia, una filial de Ercros, la empresa del grupo KIO.
El juez llama también a declarar a la entidad Centro de Estudios y Asesoramiento Metalúrgico (CEAM), que ha pagado a Filesa 18 facturas, cuya cuantía es desconocida para este periódico y no ha sido contabilizada, por tanto, en el cuadro-resumen de pagos a Filesa y Time Export que se publica en esta misma página.
No sólo el año electoral
Por su parte, Asfaltos y Construcciones Eslan pagó a Filesa 86,2 millones de pesetas en entregas sucesivas, realizadas desde mayo de 1991 a febrero de 1992. En el registro judicial de sus oficinas se encontró mucha documentación sobre la construcción de dos tramos de autovías, pero los delegados del juez y peritos que le acompañaban no pudieron obtener estudio o informe alguno de Filesa, aunque sí documentos que probaban la realidad del pago hecho a este entidad.
Fuentes de la investigación comentan que se pretende averiguar cuáles fueron las verdaderas razones de tales pagos, porque es inverosímil pensar que se trasvasaran cantidades millonarias sólo por el coste del papel de las facturas. Salvo algunas actividades auténticas por parte de Time Export, el resto de las operaciones comerciales de esta empresa y las de Filesa responden al esquema típico de las sociedades de estantería o de fachada.
Aunque la primera de las operaciones investigadas data de hace cinco años -8,4 millones de pesetas cargados por Time Export a Catalana de Gas por un estudio que no aparece- las demás abarcan desde 1988 a 1991. Tras esa factura a Catalana de Gas, Time Export cobró otros 179 millones de pesetas a dos clientes, el Banco Central y Focsa -empresa constructora absorbida después por Fomento de Construcciones y Contratas. Y en ese mismo período pagó 73 millones por productos o servicios que, hasta ahora, no han sido suficientemente justificados.
También en ese tiempo, Filesa percibió, en total, una cifra muy cercana a los 900 millones de pesetas y pagó más de 600 millones a entidades que fueron proveedores habituales del. PSOE en las campañas electorales de 1989. La mayor parte del dinero cobrado y pagado por Filesa se produjo a lo largo de 1989 y 1990, pero esta firma continuó recibiendo pagos de clientes en 1991 y 1992.
Puesto que no se ha, acreditado la realidad de los servicios prestados, caben dos hipótesis: o los citados bancos y empresas donaron ese dinero a Filesa o Time Export -y no hay noticia de que alguien haya pagado impuesto de donaciones por esas entregas de dinero- o lo usaron para deducir tales pagos como gastos en el impuesto de sociedades, lo cual recuerda el conocido mecanismo de las defraudaciones a Hacienda por medio de facturas falsas.
Esa es una de las razones de que Barbero, en paralelo con las citaciones a los clientes de Filesa, intente averiguar la situación tributaría de los donantes de dinero a Filesa y Time Export. El juez, en su requerimiento a Hacienda, pide que le certifiquen "la situación tributaría" de cinco ejercicios. "Necesitamos que el juez nos precise qué datos son los que necesita", indicó un portavoz de Hacienda.
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