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Desciende la recogida de papel usado en España, y se importa de Francia, Alemania y EE UU

"España es uno de los países de la CE donde más papel reciclado se consume". Esta reciente afirmación de Obras Públicas y Transportes, unida a la continua publicidad de productos hechos con material reciclado, puede conducir a visiones excesivamente optimistas sobre el aprovechamiento de las basuras urbanas. Lo cierto es que los españoles, utilizan más papel reciclado del que salvan del vertedero: en 1992 sólo se rescató de la basura un 36% del papel consumido, un 8% menos que en 1985. Del vidrio sólo se recicla un 27%. Al tiempo, se importa papel y plástico usado de Francia, Alemania y Estados Unidos.

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Todo porque en las calles no hay contenedores para la recogida de la basura por separado, una competencia de las autoridades de cada municipio. "La situación es un disparate; desde 1985 vamos para atrás", dice brevemente José María Hermana, responsable de papel recuperado en la Asociación Nacional de Fabricantes de Pasta Papelera, Papel y Cartón (Aspapel), organismo que maneja los datos señalados. "Pues sí, la situación podría calificarse de kafkiana, aunque no sólo pasa en nuestro país", reconoce Domingo Jiménez Beltrán, director general de Política Ambiental. Cada año, España ha de importar más de medio millón de toneladas de papel viejo, lo que cuesta en torno a los 9.000 millones de pesetas, con la carga que eso supone para la industria papelera nacional."Cada vez utilizamos más papel reciclado -el 65% de la materia prima que usaron las papeleras en España en 1991 fue papel viejo recuperado, frente al 57% de 1985-, y, sin embargo, cada vez recuperamos rnenos", explica Hermana. "¿El motivo? La caída del precio del papel viejo ha hecho desaparecer a los traperos y a las traperías que tan bien cumplían su función hace años y que tenían montada una infraestructura de recogida en colaboración con porteros y comerciantes, porque ése era su negocio". Y el precio ha caído porque la mayoría de los países de la CE ha montado muy buenas infraestructuras para recoger el papel usado; pero con la mentalidad de que son unos residuos que hay que gestionar, no porque sea un producto -una materia prima- económicamente rentable. En España, en cambio, según Aspapel, todavía no ha habido ese cambio de filosofía y, en consecuencia, los ayuntamientos no han desplegado ese dispositivo sustitutivo que permita al ciudadano separar su basura para posteriormente reciclarla.

Organización

Aquí sólo hay experiencias piloto, tan loables como limitadas todavía; nada parecido a la buena organización de Holanda y Suiza, con calendarios de recogida a domicilio incluso; o a la estricta legislación de Alemania, Francia y Dinamarca, que obligan a los empresarios de envases y embalajes a hacerse responsables del residuo que ponen en circulación con su producto. Entre las experiencias nacionales destacan, en papel y cartón, las de diversos barrios de Madrid -Moratalaz, Aluche, Ciudad de los Periodistas, La Guindalera, Vicálvaro- y, más general, la de la comarca de Pamplona (42 poblaciones 268.000 habitantes): la más completa hasta ahora en recogida selectiva, con contenedores separados para papeles, vidrio, metales, plásticos y brik.

De lo que nadie duda es de la buena disposición de los ciudadanos a colaborar; aunque se insiste en que hacen falta más campañas, más información, más folletos para todos en que se resalte la importancia del reciclado para atajar la invasión de la basura. Según una encuesta reciente de la Fundación Española de los Plásticos para la Protección del Medio Ambiente, el 91% de los españoles está dispuesto a colaborar en la separación de basuras en el domicilio; y un 25% está dispuesto a andar más de cien metros para llevar los plásticos a un contenedor determinado.

Cantidades pequeñas

Gloria Escribano trabaja en una agencia de fotografía, donde acumulan cada semana dos grandes cubos con papeles: "Me dolía tirar todo ese papel al cubo de la basura, y por eso intenté buscar una salida para que alguien lo aprovechara. Llamé a cinco sitios, y todos me contestaron lo mismo, que por una cantidad tan pequeña no venían a recogérmelo, que tenía que acumular una cantidad determinada. Pero aquí no tenemos espacio para eso. Todo lo que conseguimos fue un chico que quedó en venir a darnos una charla para concienciarnos. ¡Pero si concienciados ya estábamos! Lo que queríamos era la solución práctica. Al final, lo hemos arreglado, porque una compañera vive en la Ciudad de los Periodistas y allí hay contenedores para el papel; entonces se lo lleva en el coche y lo echa allí".

La solución no parece ésa, y así lo señalan quienes conocen bien el problema. José María Hermana, de Aspapel: "Tienen toda la razón los ciudadanos que se quejan. El gran problema es que faltan contenedores". Juan Martín Cano, secretario general de la Asociación Nacional de Empresas de Fabricación Automática de Vidrio (Anfevi): "Reciclamos un 27% del vidrio consumido. Tenemos 19.000 contenedores repartidos por España (los iglúes verdes, que ya han pasado a formar parte del paisaje urbano); pero tendríamos que duplicar este número para conseguir lo que es la tendencia de la CE: un contenedor por cada mil habitantes. Pero es que éste es un proceso largo y complejo; nosotros, con 10 años, somos los que más experiencia tenemos en España en recogida selectiva de residuos; además, el reciclado del vidrio se autofinancia con el valor de la materia prima, el proceso no supone gravamen para nadie. Y, sin embargo, fíjese lo que nos queda por hacer".

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