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Crítica:FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Crujir los huesos

Menese dedicó su cante por siguiriyas a Curro Mairena, "que acaba de morir", dijo, "y casi nadie se ha enterado; y por ese palo hacía crujir los huesos". Le hizo el único homenaje posible: un cante por siguiriyas grandioso y abrasante, trágico y sobrecogedor; como lo fue su cante a palo seco, el histórico Romance de Juan García. Menese, ahí, desgarra su ser para entregarnos un grito agónico y definitivo.Fue una noche generosa. Tres horas y media de cante denso, intenso y casi todo de muy alto valor. Con triunfos memorables como el de Carmen Linares, que ya casi ni es noticia porque siempre ocurre igual: es difícil no repetir lo dicho en ocasiones anteriores sobre esta mujer en plenitud, que canta como muy pocas mujeres -quizá sólo una, la Niña de los Peines- han cantado en este arte. Sus martinetes y siguiriyas fueron esplendorosos.

Festival Flamenco de Madrid

Joselete de Linares, Juan Gómez, Luis el Polaco, Carmen Linares, Rancapino, Pansequito y José Menese (cante). Miguel Ochando, Juan Habichuela, Paco y Miguel Ángel Cortés y Moraíto Chico (toque). Teatro Alcalá Palace. Madrid, 22 de enero.

Triunfo memorable también el de Rancapino, de cuyo taranto del año pasado aún se habla. Quizá el de este año no llegó a la maravilla que fue aquél, pero tuvo también una belleza excepcional. Como sus alegrías, su malagueña, sus bulerías con el conmovedor recuerdo a Manolito de María. Rancapino es un cantaor con voz afillá, ronca, árida, pero de una flamencura absoluta, que sabe pellizcar el cante aunque sea un susurro. ¿Es eso la jondura? Cuánto misterio.

Primera comparecencia

Triunfó también, clamorosamente, El Polaco en su primera comparecencia en Madrid. Su voz alta y clara, con mucho poder, arrebató al público desde su primer cante por granaínas, y aunque hizo las alegrías excesivamente ligeras, por levante brilló de manera deslumbradora. Triunfo merecido porque es uno de los jóvenes valores con méritos para una consideración artística mayor de la que actualmente se le concede. Lo mismo le ocurre a Joselete, que hizo la taranta de su pueblo y unos cantes por siguiriyas solemnes, con grandeza, sentidos.Pansequito, en maestro; con ese cante suyo de largas series muy ligadas de coplas que le dan un sello personal indudable. En cuanto a Juan Gómez, el representante almeriense, puso más voluntad que acierto. Y cinco buenos, excelentes, guitarristas para acompañar a tan magníficos cantaores. Una noche redonda.

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