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Entrevista:

"Aragón no es Venecia"

Pregunta. El funeral por Dizzie Gillespie convirtió, hace una semana, una iglesia de Nueva York en una multitudinaria ceremonia musical, con 30 trompetistas entonando un festivo adiós. ¿Se imagina algo parecido en el Pilar?Respuesta. ¿Respecto de quién? Yo no lo imagino. Aunque quizá en Aragón se ha dado alguna circunstancia como ésa, pero por temas de la región.

P. ¿Lo que se imagina es la catedral llena de aragoneses defendiendo el agua del Ebro?

R. No exactamente la catedral, pero sí las calles, como ya se hizo el pasado 23 de abril, en petición de una mayor autonomía; y como se ha hecho también en algunas ocasiones con este tema de los trasvases de agua.

P. Cuando, el pagado domingo, en otra catedral, la de Sevilla, fue sacada la Virgen de los Reyes en rogativa para que lloviera, ¿no le hizo recapacitar ese gesto de desesperación?

R. Cuando hablamos de trasvases no metemos en el mismo saco el agua para necesidad de boca y la destinada a la agricultura o la industria. Si Andalucía necesita, para consumo humano, que los aragoneses llevemos el agua en mano, somos capaces de llevarlo.

P. ¿Por qué se opone a que sea trasvasada agua del Ebro, cuando tiene un caudal sobrante del 28%, 5.200 hectómetros cúbicos que anualmente van al mar sin uso productivo?

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R. Ésos son los números de la Administración central, que crean confusión. El agua del Ebro no está regulada. El problema en España no es la falta de agua, sino su mala gestión. Lo que no aceptamos es que después de más de 20 años en los que no se ha hecho un embalse importante en Aragón, hoy se diga que somos los culpables de la sequía de toda España, y que en Aragón sobra agua. Hace un año pagamos 2.000 millones de pesetas para recuperar unos caudales, una concesión hidroeléctrica, para destinarlos al riego. Y en 1992 tuvimos que poner en marcha créditos subvencionados para los agricultores que sufrían la sequía.

P. Ustedes se niegan a los trasvases hasta que no se construyan embalses, cuando esos embalses se realizarían gracias a los presupuestos del Estado y, por tanto, con dinero de las comunidades a las que ustedes se niegan a trasvasar agua ahora.

R. Bueno, ahí habría que buscar ese reequilibrio en las inversiones. Es cierto que en España, en los últimos años, ha habido grandes inversiones en algunos territorios, pero Aragón no ha recibido ninguna de ese tipo.

Hay un pacto del agua entre todas las fuerzas políticas aragonesas, en el que existía también un compromiso del Ministerio de Obras Públicas. El compromiso decía que antes de cualquier tipo de regulación se harían los embalses proyectados.

P. Tenía entendido que el ministro José Borrell se había comprometido a invertir este año en Aragón 75.000 millones de pesetas en obras hidráulicas.

R. No hay todavía un acuerdo de ese tipo. En el pacto del agua se insta al Gobierno de Aragón y al ministerio a firmar los acuerdos precisos para ese tipo de inversiones. Pero ese acuerdo no se ha firmado.

P. ¿No existe ni un compromiso verbal?

R. Los compromisos se han manifestado por parte de Borrell, pero eso tiene que quedar en algo que comprometa formalmente al ministerio. Yo no sé si Borrell, dentro de seis meses será ministro.

P. Admitirá que mientras esos embalses se construyen hay poblaciones que necesitan atención sin dilaciones, porque ya sufren restricciones.

R. Pero es que mientras no se hagan los embalses y el Plan Hidrológico del Ebro no podemos saber si hay excedentes de agua.

P. ¿Por qué dan por bueno que el caudal del Ebro es de 18.200 hectómetros cúbicos y, en cambio, niegan fiabilidad al cálculo del excedente, cuando ambas estimaciones forman parte del mismo estudio de Obras Públicas?

R. Nosotros no damos fiabilidad a ninguno de los dos datos.

P. Había leído unas declaraciones suyas en las que aceptaba la cuantificación del caudal medio.

R. No. Los datos de la Administración están siendo discutidos por técnicos de todo tipo. Hay un descenso anual de miles de hectómetros cúbicos en el caudal del Ebro, y eso resta fiabilidad a datos recogidos en períodos anuales anteriores.

P. ¿Es coherente pedir solidaridad interregional cuando el Estado fija la financiación de las autonomías y luego oponer reticencias cuando se trata de aportar un trasvase de agua?

R. Lo que pedimos es el mismo trato para todo. No se nos puede pedir a Aragón que seamos solidarios con los territorios más prósperos y ricos. Los trasvases que se plantean no son para Andalucía, sino para Cataluña y Valencia. De lo que estamos discutiendo es del agua como elemento reequilibrador del territorio. Es más fácil traer industrias donde hay agua que llevarla, con fuertes inversiones, a donde se quiere establecer industrias, cuando además allí la situación no es tan mala como en el interior de España.

Tras 10 años de Gobierno socialista no se puede esperar a última hora para realizar planes hidrológicos. Lo que decimos es que antes del Plan Hidrológico Nacional deberían hacerse los planes hidrológicos de cuencas, para evaluar los caudales y necesidades de cada territorio. Aragón puede no ser excedentaria de agua. Aragón no es Venecia. No hay que confundir el agua que baja por el río con la que podemos utilizar. Este año ha habido agua abundante, pero en años anteriores no. Aquí hemos estado en alerta roja.

P. ¿No le preocupa que la forma en que ustedes hablan del agua del Ebro haga pensar que se sienten propietarios de ella?"

R. A mí me preocupa tremendamente la imagen que se está presentando de Aragón como insolidaria, porque no es la imagen real. Eso se está utilizando como excusa para ocultar una falta de previsión del Gobierno. Yo no digo que todo el agua que baja por el Ebro sea de los aragoneses. Lo que sí digo es que el agua del Ebro, o de sus afluentes, se regule. Aragón ya ha conocido otros trasvases, el de sus gentes, que se han tenido que marchar durante décadas por falta de trabajo, de inversiones. Y eso es lo que no queremos que ocurra ahora.

P. Si Felipe González se declarara dispuesto a presidir una reunión del Gobierno de Aragón, ¿le invitaría?

R. Siempre que me contestase a una petición de entrevista que le hice hace nueve meses, y que todavía no ha contestado.

P. Cuando González dijo, el pasado sábado en París, que en España existe el riesgo de convertirse en un reino de taifas, ¿usted se sintió aludido?

R. En absoluto. Yo creo que estaba plasmando la falta de interés, durante muchos años, por el Estado de las autonomías. Ahora se intenta achacar a las comunidades autónomas los problemas de funcionamiento del Estado.

P. Para usted, ¿lo importante es que los regionalistas aragoneses tengan voz propia en el Congreso de los Diputados, o contribuir a formar mayorías que sirvan para gobernar España?

R. Las dos cosas.

P. ¿Y a eso ayuda más, según usted, un grupo parlamentario de regionalistas o sumarse al PP para formar una alternativa real?

R. Tenemos vocación de partido político de ámbito regional, sin olvidar la experiencia de que en la política nacional los regionalistas o nacionalistas tienen un importante papel que hacer. Todos los partidos tienen vocación de ir solos a las elecciones.

P. ¿No le dice nada que, en la vecina Francia, Chirac y Giscard d'Estaing vayan a presentar candidaturas conjuntas en el 80% de las circunscripciones?

R. Son cosas distintas. En Francia, el sentimiento regionalista no es tan alto como en Aragón. "

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