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El pequeño Aquilino ingresa en La Paz para ser examinado antes del trasplante

El niño gitano, Aquilino Jiménez, de dos años, ingresó ayer por la mañana en el hospital infantil de la residencia sanitaria La Paz, de Madrid, para realizarle diversas pruebas que determinan si es posible practicarle un trasplante de hígado. El pequeño Aquilino fue trasladado en ambulancia desde el hospital Gregorio Marañón, de Madrid, a las 10.30 horas. El niño está ingresado en la tercera planta del hospital infantil de La Paz, en la unidad de lactantes. Sus padres permanecen con él.

El niño fue excluido en un principio de las listas de espera de trasplantes por "motivos sociales", al considerar la dirección del hospital Gregorio Marañón que el entorno social de la familia no ofrecía las suficientes garantías sanitarias para el postoperatorio. Actualmente hay 13 niños a la espera de recibir un hígado sano.

Aquilino Jiménez será sometido durante los próximos días a diversas pruebas, según explicó Paloma Jara, jefa del servicio de hepatología pediátrica. "A Aquilino se le han empezado a hacer las pruebas previas que realizamos a todos los niños en estos casos", afirmó Jara, que no quiso dar más detalles. Jara no precisó el tiempo que durarán las pruebas ni cuándo se podrán conocer los resultados, que serán exclusivamente comunicados a la familia "como es práctica habitual en defensa del derecho a la intimidad del niño". Éstos serán valorados por la comisión de trasplantes de La Paz antes de proceder al prosible trasplante, según informaron fuentes del hospital madrileño.

"Un poco triste"

Aquilino se encuentra consciente y tranquilo, según explicó su padre, Roberto Jiménez, de 19 años. "Yo lo encuentro un poco triste", afirmó. "Hay bastante diferencia entre cómo estaba en el Gregorio Marañón y cómo está aquí. Allí podíamos estar en la habitación con su otro hermanito. Las enfermeras fueron muy cariñosas". Roberto Jiménez se encuentra satisfecho de cómo están yendo las cosas hasta ahora. Su madre, de 19 años también, permanecerá con el niño durante la noche.Jiménez vive de la venta ambulante y comparte una chabola con sus padres y varios primos y sobrinos. El joven explicó que la consejera de Integración Social de la Comunidad de Madrid, Elena Vázquez, permanece en contacto con ellos y ha prometido ayudarles a encontrar una casa para que Aquilino pueda recuperarse tras el trasplante. "Si es por la casa yo soy capaz de meterme en la primera que encuentre y ocuparla", comentó Roberto Jiménez. "¿Qué pensaban, dejarle en el hospital para que muriera?", se preguntaba.

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