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La convicción de que el príncipe Carlos jamas heredará el trono se extiende en el Parlamento británico

Enric González

La crisis de la familia real británica se agudizó ayer con fuertes ataques por parte de la clase política contra los príncipes de Gales, mientras en el Parlamento aumenta la convicción de que Carlos de Inglaterra no sucederá jamás en el trono a la reina Isabel II. Varios diputados, un ex director del diario The Times y al menos un periódico acusaron directamente al MI-5, el servicio de contraespionaje, de haber grabado y difundido conversaciones telefónicas altamente comprometedoras para Carlos y Diana de Gales. El primer ministro, John Major, rechazó tibiamente la acusación: "No creo que el MI-5 esté implicado".

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La posición de los herederos del trono británico era anoche delicadísima. La nueva fase de la crisis se desató el martes, con el re conocimiento oficioso de que los príncipes habían utilizado la prensa para ventilar públicamente sus rencillas. Diana de Gales resultó especialmente dañada por las revelaciones de Lord McGregor, presidente de la Comisión de Quejas contra la Prensa, y de inmediato se alzaron las voces de distintos diputados para exigir que renunciara al trono.Mientras todo esto sucedía, alguien estaba ofreciendo a periódicos de todo el mundo cintas con una conversación, cuya existencia ya era conocida, entre Carlos y su amiga Camilla Parker Bowles. La cinta era de calidad profesional, y quien la distribuía contaba, según fuentes periodísticas, con una sólida infraestructura internacional.

Una revista australiana acabó publicando ayer una transcripción íntegra de la conversación. La revista, New Idea, es propiedad de Rupert Murdoch, dueño asimismo de The Times, The Sun y The Sunday Times en el Reino Unido. Todos estos medios han sido utilizados varias vedes por Diana para hacer llegar al público su versión de la crisis matrimonial.

Temor a una trampa

The Sun, diario sensacionalista que no destaca por su prudencia, temió una trampa. ¿Por qué no publicamos la conversación?, se preguntaba ayer en un comentario editorial. "Simple. Nos preocupa que nos preparen una celada. Que nos estén facilitando la cuerda para que nos ahorquemos nosotros mismos", se respondía a sí mismo. The Sun se refería en concreto al plan gubernamental para atajar las invasiones de la privacidad por parte de la prensa, pero apuntaba también, vagamente, a la existencia de algún tipo de conspiración con implicaciones en "lo más alto del Estado".

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Lord Rees-Mogg, que fue director del prestigioso The Times antes de que lo comprara Murdoch y mantiene estrechos vínculos con el palacio de Buckingham, se adhirió a la teoría del espionaje oficial: "Creo que las tres cintas (la de Diana con James Gilbey; la de Carlos con Camilla y una tercera, de contenido desconocido, que afectaría supuestamente a los duques de York) indican que debe haber una vigilancia deliberada sobre la familia real. Lo que me pregunto es si forma parte de una operación de seguridad, si la familia real era espiada dentro de un programa del M15 y, de alguna forma, las grabaciones se filtraron".

Distintos diputados se mostraron de acuerdo con Lord Rees-Mogg. Otros señalaron que, de no ser ésa la explicación, sólo cabría otra, no menos inquietante: que Carlos y Diana hubieran contratado sendas agencias de detectives para espiarse mutuamente y enviar a la prensa el material comprometedor.

Downing Street reaccionó con inusitada rapidez ante las especulaciones, emitiendo un desmentido del primer ministro no del todo categórico: "No creo que el MI5 esté implicado", dijo John Major, rechazando la aperrtura de una investigación oficial. El ministro del Interior, Kenneth Clarke, declaró por su parte que cualquier operación de este tipo debería contar con su aprobación previa, y que no tenía por su parte la menor constancia de que los servicios secretos vigilaran a ningún miembro de la familia real.

Por la tarde, el diario vespertino Evening Standard (propiedad, igual que el Daily Mail, de Lord Rothermere, un empresario próximo a la reina Isabel II) publicó un categórico comentario editorial: "¡Qué casualidad que a la prensa le lleguen estas grabaciones de calidad diáfana y salaz contenido, siempre obtenidas por anónimos aficionados!. Ya es hora de rechazar esa risible patraña y admitir lo obvio: está claro que esas cintas proceden de los servicios de seguridad y espionaje", afirmaba el editor del diario.

Fotocopias de la transcripción de la cinta de Carlos y Camilla llegaron durante todo el día, en cantidades ingentes, al Reino Unido desde Australia. A la vista del diálogo, se extendió por el Parlamento la convicción de que Carlos -que ayer desarrolló normalmente su trabajo, con una inspección del desastre ecológico en la isla escocesa de Shetland- jamás heredaría el trono. Las críticas de distintos diputados contra Carlos y Diana se recrudecieron.

Dudas constitucionales

Todos los especialistas en la compleja y no escrita Constitución británica señalaban que la reina debería resolver, con urgencia, las dudas sobre su sucesión. Harold Brooks-Baker, editor de una guía de la realeza y la aristocracia, declaró que "el reino podría convertirse en república en menos de tres años", y añadió: "Si la monarquía no endereza el rumbo en los próximos meses, tendremos la república".

"Quisiera tenerte toda"

Carlos de Inglaterra: Quisiera poseerte ahora mismo, tenerte toda...

Camilla Parker-Bowles: Cariño, quiero tenerte ya.

Carlos: ¿De verdad?

Camilla: Hum...

Carlos: Yo también.

Camilla: Desesperadamante, desesperadamente, desesperadamente...

Carlos: Dios mío, ¿pero cuándo podré verte?

Camilla: No puedo esperar...

Carlos: ¿El miércoles por la noche?

Camilla: Oh! Desde luego el miércoles estaré sola... y también el miércoles por la mañana. Quiero decir que él [su esposo] saldrá de casa como a las ocho y media. Ojalá tampoco esté el jueves.

Carlos: Te quiero y no quiero decirte adiós.

Camilla: Te quiero de verdad y estoy muy orgullosa de ti.

Carlos: Yo sí estoy orgulloso de ti.

Camilla: No seas tonto, nunca he hecho nada importante.

Carlos: Si que lo has hecho, tu gran logro es amarme.

Camilla: Cariño, eso es fácil, como caerse de una silla.

El broche de oro de la conversación es el que ha suscitado más escándalo:

Camilla: Te necesito siempre a mi lado.

Carlos: Lo mejor sería estar siempre dentro de tus pantalones, sería más fácil.

El anterior diálogo es un extracto de la conversación telefónica supuestamente mantenida por el príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles el 18 de diciembre de 1989 y publicada ayer por la revista australiana New Idea. Los diarios británicos han decidido, de forma unánime, no publicar los seis minutos de charla.

Lo más comprometedor de la charla para el heredero del trono británico son las continuas alusiones al sexo. Carlos bromea, por ejemplo, sobre cuánto le gustaría convertirse en el támpax de Camilla. Cuando él le dice que va a colgar "apretando el botón", ella le pide ardorosamente que apriete el suyo (en inglés botón suena similar a pezón). El diálogo evidencia una antigua e intensa relación sexual entre ambos.

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