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El Gobierno quiere cortar el "descontrol" de la activídad de las autonomías en el extranjero

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno se muestra seriamente preocupado por la creciente interferencia en la actividad internacional del Estado por parte de las comunidades autónomas" y "la inexistencia de unas reglas de juego que regulen esas relaciones, como existen en otros países europeos descentralizados". Un informe presentado el 22 de diciembre por el ministro para las Administraciones Públicas, Juan Manuel Eguiagaray, ante la Comisión Delegada de Política Autonómica denuncia la proliferación de viajes internacionales de los presidentes autonómicos, de cuya celebración, contenido y tratados firmados no se informa al Ministerio de Asuntos Exteriores, así como la multiplicación de problemas protocolarios y de extralimitación de competencias de las autonomías.

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El informe denuncia también la concentración en una misma fecha y país de representaciones autonómicas diferentes, así como la aparición de competencia comercial entre comunidades autónomas españolas en el exterior por actuar sin coordinación. El informe propone establecer unas reglas de juego para la actividad exterior de las autonomías, siguiendo el modelo de estados federales como Alemania y Austria, que se concretarían en su coordinación con el Estado.En la Comisión Delegada de Política Autonómica del pasado día 22, a la que asistieron la casi totalidad de los ministros, bajo la presidencia del vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, el Ministerio para las Administraciones Públicas reveló el auge en los últimos cinco años de viajes de, los presidentes y altos cargos de las autonomías. En 1992, han sido 124 los viajes al exterior realizados por los presidentes de las 17 autonomías. La cifra aumenta a 177 si se incluyen los viajes de consejeros autonómicos.El informe presentado ante la comisión destaca como problemas fundamentales que "siguen produciéndose viajes en los que la comunidad autónoma omite la necesaria comunicación previa al Ministerio de Asuntos Exteriores y en los que queda marginado nuestro servicio exterior; continúan ocasionándose problemas de protocolo en el desarrollo de los viajes y de utilización preponderante y, a veces, excluyente de símbolos de la propia comunidad autónoma". La utilización del himno catalán en vez del español, durante la visita del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a Eslovaquia, donde tuvo tratamiento de jefe de Estado, fue una muestra de ello.Problernas de imagen

El informe denuncia también que "la concentración en el tiempo y en un determinado país de viajes de distintas comunidades autónomas afecta negativamente a la imagen de nuestro país como también la proximidad y, a veces, coincidencia con visitas de autoridades de nuestro Gobierno". Así, a primeros de diciembre de 1992 coincidieron en Chile delegaciones del Gobierno central, de Aragón y País Vasco, don la consiguiente confusión del Ministerio de Exteriores del país anfitrión, según fuentes españolas.

Las oficinas comerciales de su comunidades autónomas en el exterior también originan algunos problemas "de superposición y, en ocasiones, de colisión con nuestra política de comercio exterior en el caso de las actividades de promoción en sus diversas modalidades o de captación e inversiones extranjeras", señala el informe. La pelea entablada entre el Principado de Asurias y el Ayuntamiento de Leon por atraer las inversiones de una empresa norteamericana, saltándose la política de equilibrio de inversiones del Gobierno es una muestra de ello, según fuentes gubernamentales.Los tratados de cooperación transfronteríza que firman las comunidades autónomas con Francia y Portugal, de acuerdo con el Convenio Marco del Consejo de Europa, también plantean problemas, según el informe del Gobierno, porque "las autonomiás no observan el requisito de solicitar la conformidad expresa del Gobierno español".Respecto a la firma de tratados internacionales por parte de las comunidades autónomas, el informe denuncia que "siguen Firmándose tratados con autoridades estatales de ciertos países". Es el caso, por ejemplo, de la Generalitat que ha firmado tratados con los ministerios de Agricultura e Industria de Israel.

Según el informe, la regla habitual es que las autonomías no informen de los tratados que firman e incluso "se remiten a Exteriores textos que luego no se corresponden con los firmados y se firman textos que no tienen en cuenta observaciones formula das previamente por la Administración del Estado".

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Se da, incluso, el caso de la Asamblea de Regiones de Europa (ARE), que preside Jordi Pujol, y que ha propuesto un Sena do europeo cuando el Gobierno español aún no se ha pronunciado sobre ello

En la reunión del día 22, el ministro para las Administraciones Públicas informó que hace unos meses envió a los presidentes autonómicos una carta en la que insiste en la necesidad de establecer las reglas del juego de estas actividades en el exterior partiendo de determinadas premisas". Estas premisas son que los viajes se realicen en estrecho contacto con Exteriores "para garantizar el adecuado desarrollo de tales visitas" y respecto a la apertura de oficinas en el extranjero se precisa que "estas iniciativas, por su trascendencia, sean objeto de un pronunciamiento previo del Gobierno".

Pujol y Fraga, a la cabeza

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, son, con diferencia, los presidentes autonómicos más víajeros de España, con 27 y 22, respectivamente, de los 124 viajes realizados en 1992. Una parte importante de las salidas de Pujol al exterior tiene como destino países europeos y corresponde a su actividad como presidente de la Asamblea de Regiones de Europa (ARE), aunque también participa en expediciones de promoción comercial o institucional, como su investidura honoris causa por la Universidad de Toulouse. Fraga realiza viajes variados, desde una visita a la colectividad gallega en México a la firma de los estatutos del Eje Atlántico en Viana do Castelo, pasando por la promoción del Año Xacobeo en Bruselas.En un terreno intermedio se mueven presidentes como el de Aragón, el regionalista Emilio Eiroa, y el de Castilla y León, Juan José Lucas (PP), que coincidieron en el último desfile de la Hispanidad en Nueva York. Eiroa se acompañó en ese viaje de 120 periodistas y empresarios y pasó una semana en EE UU. Lucas viajó en septiembre a Roma para asistir a la beatificación del hermano Rafael. La fiebre de la Hispanidad llevó también al vicepresidente de La Rioja (PSOE) una semana a la República Dominicana, para asistir a la canonización del Padre Moreno, mientras el balear, Antón Canyellas (PP), viajaba una semana a Puerto Rico para ver a 200 descendientes de mallorquines. El Gobierno interpreta parte de estos viajes como "el refuerzo de la imagen de sus presidentes para su consumo político interno".

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