Salinas de Gortari será el primer jefe de Estado extranjero que se entreviste con Bill Clinton

El mexicano Carlos Salinas de Gortari será hoy el primer jefe de Estado extranjero que se reunirá a solas con el presidente electo norteamericano, Bill Clinton. La entrevista, que se celebrará en Austin, capital del 1 Estado de Tejas, ha sido presentada por los asesores de Clinton como una oportunidad para que ambos mandatarios se conozcan, sin compromisos de otro tipo. No obstante, el Tratado de Libre Comercio (TLC), cuestionado parcialmente por Clinton, agotará la mayor parte de esta primera conversación bilateral entre los máximos mandatarios de México y Estados Unidos.

México por fin consiguió lo que muchos países extranjeros, entre ellos Rusia, han venido buscando afanosamente desde noviembre: reunir a su presidente con Clinton antes de la toma de posesión de éste el próximo día 20. La entrevista, de una hora y media, ha sido calificada, sin embargo, por los asesores del nuevo presidente norteamericano como "excepcional" y compatible con el deseo de Clinton de dar prioridad a los asuntos domésticos, ya que México se considera en Estados Unidos más una cuestión de casa que de política exterior.Salinas, preocupado por el cuestionamiento parcial de Clinton al TLC, puso en marcha desde la noche electoral norteamericana a su diplomacia, que arduamente ha venido trabajando hasta hace unos días para reunir a su presidente con el nuevo mandatario norteamericano. Fue precisamente también Salinas el primer presidente extranjero que conversó telefónicamente con Clinton tras conocerse su triunfo en las elecciones del pasado 3 de noviembre.

Por eso, pese a tratarse de un encuentro privado, será el TLC el que marque el desarrollo de la entrevista, ya que este proyecto que une a EE UU, Canadá y México supone para este último país el motor de su proyecto económico de futuro y la llave que necesita para entrar en la modernidad y alcanzar mayores cotas de bienestar. México busca asimismo garantías de que no habrá marcha atrás en el actual estado de las relaciones bilaterales, muy accesibles en los últimos cuatro años por el buen entendimiento que alcanzaron Salinas y George Bush, que llegaron a reunirse en 10 ocasiones.

Salinas viaja a Austin con el deseo de escuchar de Clinton sus propias objeciones al TLC, centradas fundamentalmente en cuestiones laborales y de medio ambiente. Clinton cree que el texto negociado y firmado en primera instancia con Bush es un buen acuerdo, pero tiene sus dudas de que lo sea también para los trabajadores norteamericanos, que se verán perjudicados por la mano de obra barata mexicana, y para la política medioambiental de su país, ya que muchas empresas norteamericanas sueñan con instalarse ya en el país vecino dada la flexibilidad de su legislación anticontaminación.

Desde la campaña electoral norteamericana muchas cosas han cambiado. Clinton no puso objeciones a la firma el pasado 17 de diciembre del TLC y su tono crítico hacia los aspectos delicados de la negociación ha bajado. También ha accedido a este encuentro de Austin en un momento significativo, ya que la próxima semana el Congreso norteamericano iniciará el debate previo para votar la legislación que permitirá el establecimiento del acuerdo trilateral en su país.

Sin embargo, no ha desaparecido en Clinton su interés por negociar los aspectos que le distancian con México y es muy posible que hoy en Austin, aunque no formalmente, se establezcan. criterios para una negociación al margen del TLC que evite que se pongan en peligro los intereses norteamericanos en cuestiones, de medio ambiente y empleo.

El escenario de este encuentro será el palacio de gobierno del Estado de Tejas, cedido para la ocasión por la gobernadora, Ann Richards. Ni Carlos Salinas ni el presidente electo Bill Clinton incluirán en sus respectivos séquitos a sus responsables comerciales.