Un portaaviones de EE UU llega al Golfo para reforzar el control militar de Irak
El portaaviones norteamericano Kitty Hawk navegaba ayer en aguas del golfo Pérsico para reforzar el control militar aliado al sur del paralelo 32. Su presencia en la zona envió un inconfundible mensaje a Irak: la zona de exclusión aérea impuesta por EE UU, Reino Unido y Francia el 27 de agosto se mantendrá a pesar de las protestas de Bagdad y los juramentos de venganza tras el derribo de un aparato iraquí hace seis días.
"A partir de hoy ya está apoyando la operación Vigilancia del Sur", señaló un portavoz militar estadounidense. El Kitty Hawk se desprendió del despliegue norteamericano en Somalia para ampliar el poderío aéreo aliado encargado de impedir que la aviación iraquí opere en el sur de Irak, principal bastión de la oposición shiíta contra Saddam.Fuentes militares en Washington señalaron que dos escuadrones de cazabombarderos F-16 de la dotación del Kitty Hawk comenzaron a patrullar el espacio aéreo incluso antes de la llegada del portaaviones al Golfo. Esas fuentes añadieron que Estados Unidos estaba enviando aviones cisterna adicionales para, en caso necesario, reabastecer en vuelo a los aparatos estadounidenses.
Según fuentes militares norteamericanas, Irak volvió a violar la "zona de exclusión" el lunes pasado. Washington sostiene que Saddam Hussein está tratando de poner a prueba la determinación aliada en momentos en que George Bush está a punto de dejar la presidencia. Su sucesor, Bill Clinton, ha hecho suyas las advertencias de Bush de que si Saddam realmente tiene en mente desafiar el embargo está cometiendo un "grave error".
En un encuentro con tropas norteamericanas en Somalia, Bush reiteró ayer que Bagdad desea explorar los alcances de la tenacidad norteamericana. "Es un loco", manifestó el presidente saliente refiriéndose al líder iraquí. "Saddam está tratando de poner a prueba algo. No sé si a mí o al presidente electo", añadió. En Bagdad, la prensa oficial reiteró que los iraquíes "no le temen a EE UU".
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