_
_
_
_

Los alimentos llegan de noche, clandestinamente

Con la nieve y el barro por encima de los tobillos, caminando a paso vivo para sacudirse el frío, muchos de los palestinos desterrados al "limbo político" de Oriente Próximo vivieron ayer una curiosa experiencia: los que vinieron de la franja de Gaza descubrieron la nieve y el rigor del invierno en las rocosas colinas del sur del Líbano. La nevada del domingo por la noche cubrió el campamento bautizado como el Campo del Retorno con un manto de 21 centímetros que precipitó la temperatura a cinco grados bajo cero."Por lo menos ahora tendremos agua potable", comentó jovialmente Mohamed Abu Shalbak mientras un grupo de hombres volvía al campamento con arbustos y ramas de olivo para encender una fogata y derretir la nieve en ollas de aluminio. No lejos de allí, un grupo de jóvenes barbudos daba forma a una pequeña montaña de nieve. En quince minutos estaba terminada: habían construido una escultura visible a mas de cien metros. Decía simplemente "Alá".

Más información
Los 415 palestinos deportados por Israel se declaran dispuestos a "resistir o morir"

A los palestinos les falta agua, alimentos y medicinas. No así ingenio, organización ni amigos que les ayudan a superar el bloqueo impuesto por Israel y el Líbano. La despensa no está muy surtida, pero basta un vistazo a su interior para comprobar que existe un discreto canal de abastecimiento. Nadie quiere revelar de dónde y cómo llegan esos alimentos que les permite tomar té y comer pan con carne enlatada o sardinas al menos dos veces al día. En teoría al menos, los palestinos deberían estar desfallecientes de hambre. "Alguna ayuda nos llega, es cierto", susurra un palestino. "Siempre de noche y en cajas, a lomo de mula". ¿Quien las envía?. El hombre mira a su derredor y prosigue con mayor sigilo aún: 'Libaneses, dice, "campesinos de la zona apenados por nuestra situación. Otras veces llegan en automóviles conducidos por jóvenes barbudos que descargan y desaparecen en la oscuridad. Creo que son del Hezbolá. Son los únicos que nos ayudan".

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_